INVENTARSE OLORES

Desde el comienzo de la pandemia de Covid, muchas personas han experimentado una pérdida aguda de olfato a consecuencia de este virus, llegando a pasar meses y meses sin esta capacidad. Esto tiene un nombre: anosmia, pero pocos saben que existen padecimientos similares pero con matices bien distintos. La 'fantosmia' es uno de ellos, y no conviene confundirlos. Ambas forman parte de las llamadas "alucinaciones olfativas", pero, contraria a la pérdida del olfato, en la 'fantosmia' sí se perciben aromas y se ha denominado así a la percepción de olores "fantasma" como, por ejemplo, estar convencido de que en tu casa huele a humo y creer que algo está ardiendo cuando no hay fuego por ninguna parte. Hasta la fecha, todo indica que la 'fantosmia' no es una enfermedad, ni una condición delicada, aunque sí molesta para aquellos que conviven con ella. Cuando se trata de una secuela de Covid-19, los médicos recomiendan mantener las medidas de cuidado y continuar con sus revisiones médicas. En algún momento, igual que la anosmia, esta alucinación olfativa desaparecerá.

¿Las causas? Aún son inciertas. "No hemos llegado todavía a comprender los motivos que llevan a la percepción de olores fantasmas. La afección podría estar relacionada con células hiperactivas con detección de olores en la cavidad nasal o quizás con un mal funcionamiento en la parte del cerebro que entiende las señales de olor", según expone la autora principal del estudio.

(A. C. y V.)

Para muchas personas que padecieron el Covid en mayor o menor gravedad una serie de secuelas tardaron en superarse y entre ellas la de la pérdida del olfato, la anosmia, que era también un síntoma de esta enfermedad que aún sigue entre nosotros. Mucha gente perdió el olfato y también el gusto como cuando se tiene un catarrazo y la comida no sabe a nada. Pero al lado de esto existe lo contrario , lo que llaman fantosmia, un término totalmente desconocido para mi pero no los síntomas. Lo de imaginar olores o estar seguros de olfatearlos no es algo desconocido. Muchas veces hemos experimentado la sensación que se menciona en el texto de estar convencidos de que huele a quemado y no es así. A mí me contaron que una mujer (somos parece ser las más afectadas) cogió manía a su marido porque se le metió en la cabeza que olía a pescado y el pobre hombre se duchaba constantemente no teniendo nada que ver con pescaderías y similares.

No sé a qué olería este camino ya casi de jungla en México, en la península de Yucatán. Le preguntaré a mi hermana que acaba de pasar unos días allí y que fue quien me mandó la foto. Por lo visto, humedad y mosquitos, los que quieras.

Besos.