LA CULTURA DEL YO

El culto al yo se ha convertido en una doctrina universal que entra en conflicto permanente con el estado anodino de la existencia. Pero es que, la mayor parte de las veces, el estado de las cosas es que no estamos ni bien ni mal. Ahora no concebimos estar bien sin más. Tenemos que estar viviendo el momento intensamente, estar súper arriba, o, por el contrario, poder decir que estamos en la mierda, que vamos a terapia y que hay que ser un héroe para recuperarse. O esa gente que solo busca la exaltación, el enamoramiento a lo bestia... Cuando, en realidad, lo normal es no estar ni bien ni mal y solo te das cuenta de que eso es lo mejor que te puede pasar cuando tienes un problema de salud de verdad. ¿Cuál es el antídoto a todo esto? El amor, de nuevo. Aceptarse y preocuparse por los demás. Buscar en las cosas un fin en sí mismas.

Y el amor propio, que es aceptarse y quererse, pero sin narcisismo. Porque ya vivimos atrapados constantemente en la cultura del yo. Y estamos todo el rato yo, yo, yo... Hemos dejado de pensar en el en el prójimo, porque los mensajes son: piensa en ti, realízate, cuídate, haz terapia, busca tu espacio, te lo mereces... y eso nos está volviendo muy egoístas»

(Ulises Fuente)

Recupero este fragmento de una entrevista que se le hace a una cantante (La Bienquerida) en la que se rebela ante lo que ella llama la cultura del yo. Teniendo en cuenta que ahora se utiliza la palabra "cultura" para todo, es cierto lo que ella dice acerca del culto al yo que muchas personas practican a diario y lo plasman en las redes sociales. Son los llamados "creadores de contenido", algo que me parece una ridiculez pretenciosa y sin ningún sentido, que quizá sea la hermana mayor de los que se autodenominan "influencers·. Y estos , es verdad lo que dice la cantante, para estar en la cresta de la ola, se van a los extremos porque no es noticia la normalidad: o están "superbien" o "han tocado fondo". Y la vida no es así.

Como dice Jorge Bucay:  "El sabio no pretende nada, ni ser bueno, o fuerte, dócil, ni rebelde, tampoco contradictorio ni coherente. Simplemente, quiere ser".  Y es que quien sabe cosas que los demás ignoran no busca destacar sobre los demás en ningún aspecto, ni positivo ni negativo. Tampoco pretende ser algo que no es ni abrazar etiquetas que lo definan de cara a los demás.  Y no confundamos el YO con el EGO. Algunos incluso más alláde la vida.

Besos.