LAS ÚLTIMAS ESTAFAS

Recibes un paquete de Amazon. Lo abres, sacas el portátil nuevo que te has comprado y tiras la caja de cartón en el cubo de la basura de tu casa. Al día siguiente, te despiertas y depositas esa bolsa en el contenedor de turno en la calle. Un día después, recibes un email de Amazon en el que señalan que has comprado un portátil recientemente (indican el producto exacto) pero que la unidad que has recibido tiene varios problemas técnicos y que hay que proceder a su devolución e insertar la tarjeta de crédito para el reembolso del importe. En realidad no es Amazon, es un estafador que se ha hecho con los datos incluidos en la pegatina de aquella caja que tiraste al contenedor. ¿Picarías? Miles de personas ya han caído en esa trampa.

Hurgar en la basura es un tipo común de delincuencia que crece a pasos agigantados. El "dumpster diving", como los expertos en ciberseguridad llaman a este fraude, lleva años preocupando a empresas y usuarios. ¿Qué es? Básicamente, consiste en acudir al lugar más insospechado, a la basura de tu barrio, para recuperar información confidencial de los ciudadanos que luego podría utilizarse para estafas, ataques informáticos o acceder a redes privadas. Esa pegatina de la caja de Amazon que no arrancaste, ese pen-drive que ya no funcionaba y que despojaste sin revisar si había documentos dentro… cualquier cosa les vale para dejar tu cuenta bancaria temblando.

(Albert Sanchis)

ESto de revisar las basuras lo vemos por desgracia a diario pero pensamos en la pobre gente que intenta encontrar algo reutilizable o incluso alimentos en más o menos buen estado para hacerse con ellos. Pero nunca, al menos a mí, se me habría pasado por la cabeza que pudiera ser con fines de delincuencia y robo. Y mira si existe. Lo habíamos visto en películas americanas donde el detective de turno rebusca en basuras ajenas por ver si encuentran algo de un sospechoso al que están investigando, pero parece ser que ya lo tenemos entre nosotros y son estafas de lo más "refinadas". No nos damos cuenta de la información que exponemos a quien quiera acapararla.

Y es que entre los residuos domésticos uno puede encontrar de todo: historiales médicos, resúmenes de facturas, contraseñas y números PIN, datos comerciales, pegatinas y códigos QR, direcciones, nombres de usuario en diferentes plataformas de compra, información bancaria, calendarios que detallan tu rutina, y un largo etcétera. Alguien puede saber muchísimo de ti solamente con rebuscar en tu basura. Últimanente he estado deshaciéndome de muchos papeles y exámenes antiguos que me tenían los cajones y armarios a tope y me he cuidado mucho de romperlo todo en trozos diminutos. Y a las cajas que ya no valen siempre les arranco la pegatina de la dirección. Nos hacen ser desconfiados porque los malos son más listos y van por delante de nosotros aunque no hayan ido a la Universidad. La foto no es mía, ya me hubiera gustado. Ha ganado un premio convocado por la prensa local sobre rincones salmantinos.

Besos.