Como un desierto donde inesperadamente aparece un oasis, Córdoba, la ciudad que derrite los termómetros durante los meses de verano, ha recibido de igual manera la llegada de uno de los trenes de borrascas más longevos que se recuerdan en los últimos tiempos. Los cordobeses, más acostumbrados al calor ardiente que a los chubascos, caminan refugiados en sus paraguas mientras escuchan el sonido de la lluvia impactando que se ha convertido en rutina despertarse y acostarse con el cielo nublado y convivir con la elevada probabilidad de que al día siguiente, cuando se dirijan o salgan de sus trabajos o de los institutos, haya lluvia.
Una psicóloga sanitaria y terapeuta corporal, explica cómo puede afectar a la salud mental esta encadenada serie de jornadas con precipitaciones. Inicialmente, «a cualquier ciudadano que no está acostumbrado a la lluvia, le resulta acogedor, pues invita a estar recogidos y no le causa molestia privarse de su ocio». Pero cuando comprueba que la lluvia no cesa, esta inquietud «se asocia a la melancolía y la tristeza, teniendo un nivel neurológico ya que disminuye la serotonina y aumenta la melatonina», por lo que es habitual «encontrarse más cansados aún viéndose reducida la actividad física, ya que modifica la rutina».
(Juan Palma)
«Yo es que quiero que salga ya el sol», «Esta lluvia te deprime un poco» o «¡Uf, es que es todos los días igual! Nos vamos a ahogar». Estas frases están a la orden del día en casi todo el país, con inundaciones, ríos que se desbordan, lluvia, viento y hasta nieve dependiendo de la zona. Pero puedo imaginar lo que será para un cordobés o un sevillano llevar tres semanas seguidas sin parar de llover. Lo que al principio se recibe bien por la novedad, acaba cansando y hastiando sobre todo si no se está acostumbrado y preparado para recibir estas borrascas una tras otra.
Y claro que afecta psicológicamente y puede producir tristeza y melancolía. Sin duda la presencia o ausencia excesiva de esto genera en nuestro cerebro carencias y fluctuaciones de ciertas hormonas y neurotransmisores que influyen en la manifestación de emociones y comportamientos. Incluso se ha llegado a hablar del “Trastorno Afectivo Estacional”. Este "mal tiempo" limita mucho el aspecto lúdico y social y acaba por ponernos de mal humor. Y no digamos si nos chafa unas vacaciones, se carga las fallas o la Semana Santa. Sin embargo, hay quienes aseguran que se trata de una cuestión de gustos, y que mientras a unas personas les proporciona energía la luz solar y el calor, a otras las relaja la lluvia y el frío. Como dijo el torero, "hay gente pató".
Besos.
Pero ¿pueden relajar el frío y la lluvia? Nadie duda de que sea necesaria, de que los pantanos deben llenarse, pero... uno acaba de tanta lluvia hasta... A mí me deprime mucho, y eso que no necesito salir de casa todos los días; pero un poquito de azul en el cielo y un rayito de sol, pues también.
Buenas noches .
La lluvia puede relajar , no te digo que no .Pero unas horas.Un dia , dos como mucho , pero estas lluvias que estamos viendo y que sabemos que duran dias y dias , tiene que ser terrible ,la verdad.
Hoy en "Aqui la Tierra" , han dicho que mañana igual llueve torrencialmente en Valencia .No me digas que no es mala pata , como cuando en Semana Santa llueve en Sevilla, por ejemplo.
Y la malo ,como siempre , es que estas lluvias hacen daño. Hacen daño sobre todo en los campos que las cosechas , muchas , quedan destrozadas .
Y no digamos la tristeza que genera tanta lluvia , tanta humedad y tantos dias sin sol.
A mi que no me gusta el frio solo me faltarian lluvias asi .
Y digo solo me faltaria ,pues por aqui la verdad es que lluvia poca .
Pero si , dias grisis , poco sol y mucha humedad .
Muy mal, muy mal...
bona nit .
Un beso.
Buenos dias mi querida amiga, pues sí la lluvia me afecta, en el sentido que no puedo dormir, pero hay otra cosa, me gusta pasear debajo de ella, que cosas que tiene la vida, enfin, un abrazo.
eliocroca2Ayer a las 22:06
Joaki-007Ayer a las 19:28
larocukyAyer a las 16:55
angela.70Ayer a las 12:36
corremundosAyer a las 00:59
