LO ÚTIL Y LO BELLO

En el paraíso terrenal, en el día luminoso en que las flores fueron creadas, y antes de que Eva fuese tentada por la serpiente, el maligno espíritu se acercó a la más linda rosa nueva en el momento en que ella tendía, a la caricia del celeste sol, la roja virginidad de sus labios.
-Eres bella.
-Lo soy -dijo la rosa.
-Bella y feliz – prosiguió el diablo-. Tienes el color, la gracia y el aroma. Pero…
-¿Pero?…
-No eres útil. ¿No miras esos altos árboles llenos de bellotas? Ésos, a más de ser frondosos, dan alimento a muchedumbres de seres animados que se detienen bajo sus ramas. Rosa, ser bella es poco…
La rosa entonces –tentada como después lo sería la mujer- deseó la utilidad, de tal modo que hubo palidez en su púrpura.
Pasó el buen Dios después del alba siguiente.
-Padre –dijo aquella princesa floral, temblando en su perfumada belleza-, ¿queréis hacerme útil?
-Sea, hija mía –contestó el Señor, sonriendo.
Y así vio el mundo la primera col.

(Ruben Darío: El nacimiento de la col)

Decía Victor Hugo que lo bello vale tanto como lo útil y además pienso yo que no deberían ser dos cosas opuestas. Hay objetos de gran utilidad que no tienen por qué ser feos, más bien al contrario. Estoy pensando en casas, muebles, vajillas, lámparas, sobre todo de la época del modernismo.

Es lo contrario de lo de este relato de Rubén Darío, que no deja indeferente. El diablo tentó a la hermosa rosa como lo haría a la propia Eva en el paraíso terrenal, sembrando la duda sobre lo poco útil que era. Y de ahí, la flor, con su eterno femenino de querer ser útil a los demás, fue convertida en una col, más útil, quizá pero menos bella.

Una rosa, puede ser muy útil, nos regala la vista y el olfato y crea armonía a nuestro alrededor... ¿te parece poco?

Besos.