MIEDO EXPANSIVO

Ciertos miedos pueden volverse omnipresentes en nuestra vida, afectando seriamente a nuestras experiencias e incluso a nuestras relaciones con quienes tenemos alrededor. El miedo limitante suele tener un efecto expansivo que se va ampliando. Lo primero que queda afectado por el miedo es la situación específica que tienes delante. Un viaje, una conferencia, una decisión personal, un cambio laboral... Según el bucle en el que entres, o no lo vas a disfrutar o directamente, si la evitas o huyes, no la vas a vivir. Los  efectos de ese mismo miedo se extienden a otras situaciones semejantes a la que lo desencadena: "Lo segundo que queda afectado es la relación con otras experiencias o con situaciones similares a la vivida. Otros vuelos, otras presentaciones en público, otras decisiones similares que requieran que me ponga ante una persona y comunique lo que quiero para mí..."

"Yo, para protegerme, acabé diciendo que no a otros vuelos, a otros destinos y a otras situaciones: viajes en familia, viajes con amigos, viajes de trabajo... Los imaginaba como una experiencia desagradable y no quería revivir lo mismo", añade. Así pues, el miedo arrastra a todo un sistema que sufre las consecuencias más allá de la persona en sí.

(Silvia Carré)

El mundo de los miedos y las fobias es algo que está ahí entre nosotros y que afecta a muchas personas. Cualquiera, sin llegar a tener fobias, seguro que guardamos dentro miedo a algo, tema muy difícil de superar y que nos limita mucho nuestro horizonte. Puede ser miedo a la muerte, a la enfermedad, al deterioro físico o mental. Sin embargo hay otros tipos de miedo menos trascendentales pero que pueden hacer la vida imposible a quien los padece y a los que le rodean. En este caso se habla del miedo a volar, pero hay también quien lo tiene a hablar en público o a enfrenterse a un cambio de vida.

Lo del miedo a volar es algo muy extendido hasta tal punto que hay cursillos para evitarlo pero no todos consiguen sacarlo fuera y son capaces de renunciar a viajes más largos por este motivo. Hablando del miedo a volar, recuerdo algunas parejas que tenían un viaje de ensueño contratado. En uno de los casos, uno de los miembros se quedó y el otro se fue de viaje durante tres semanas. En el segundo caso, acabaron cambiando el viaje a Costa Rica por un viaje al sur de Francia en coche. Pues tampoco es plan porque siempre habrá alguien que se tenga que sacrificar. Y si no, mientras tanto, una escapada a Salamanca para ver este panorama desde el piso alto del Palacio de Monterrey. Sin miedo, que hay red.

Besos.