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En primera instancia eligió la más bella y dorada de las hojas del bosque; pero estaba seca y se le resquebrajó entre los dedos. Con la roja, también muy vistosa, le ocurrió lo contrario: resultó ser blandita y no conservó la forma. Una hoja notable por sus simétricas nervaduras le pareció transparente en exceso. Otras hojas elegidas acabaron siendo demasiado grandes, o demasiado pequeñas, o muy brillantes pero hirsutas, ásperas o pinchudas.
No debemos compadecer a Eva. Pionera en todo, fue la primera mujer en pronunciar la frase que habría de hacerse clásica por los siglos de los siglos: «¡No tengo nada que ponerme!»
(Luisa valenzuela)
Este microrrelato, como dijimos el otro día, reúne todas las característica de este género: corto,desenlace sorpresivo y una buena dosis de ironía. Lo que parece que se trata de una lección de botánica donde se pasa revista a los distintos tipos de hojas se acaba convirtiendo en la historia de una dama que abriera el armario y tras probarse los distintos atuendos qiue posee ninguno la convence y acaba diciendo esa frase tan conocida: no tengo nada que ponerme.
En muchas ocasiones repetimos este tipo de frases porque no tenemos las herramientas necesarias para crear un estilo propio, no sabemos cómo sacar partido a nuestro cuerpo o simplemente porque pensamos que nuestra ropa no tiene personalidad. Y eso a pesar de tener el armario lleno. En la mayoría de los casos, la cosa es que tenemos DEMASIADA ropa, pero no nos apetece ponernos nada de lo que vemos dentro del vestidor.
Nada te gusta, todo te parece viejo y pasado de moda, o puede que mucha ropa de la que tienes no te quede bien porque no sea de tu talla o porque está pensada para otro tipo de ocasiones. En fin todo esto que puede ser fastidioso en realidad sería un problema del primer mundo porque en otros lugares las dificultades son diferentes y mucho más serias. Pero ya vemos cómo incluso Eva se lió con las hojas con las que debería vestirse , quizá quería alternarlas con las hojas de parra que tenía muy vistas. Como la que cubre a esa dama por completo. La foto es de internet. Ignoro su autor pero es que me hizo mucha gracia.
Besos.
Pues si alguien no tiene nada que ponerse, ya se sabe: las tiendas están llenas de posibilidades, a buen precio y siguiendo los parámetros de la moda. Pero decir "no tengo nada que ponerme" ante un armario lleno, viene a ser como decir "no tengo nada que leer" frente a una biblioteca de ésas que quedan tan bien en las mansiones inglesas de las películas, con aire decimonónico y chimenea.
Bona nit .
Pues si , esto de ¡ no tengo nada que ponerme ¡ me suena a chicas jóvenes , mas bien de antes , de hace unos años , quizas ahora la juventud viste de otra manera ( o se desviste...) y tambien puede ser que al ser ya mayores esto quizas no lo escuchamos tanto.
Bueno tambien es cosa o era mas bien de señoras que siempre decian que no tenían nada que ponerse ,cuando los armarios estaban a tope , pero claro, las prendas pasan de moda y llega un momento que , no tiene uno nada que ponerse ,o al menos que a uno le guste ya .
Fijate tú la pobre Eva que tenia una lucha por cambiarse de hojas de parra .
Muy bueno el microrrelato.
Mucho calor desde luego y mira que yo prefiero el calor , pero esto ya es demasiado y encimaa aqu la humedda ...
Buenas noches.
Un beso.
Joaki-007Hoy a las 11:56
eliocroca2Ayer a las 22:09
mebarak1981Ayer a las 09:36
corremundos28/06/2025
angela.7027/06/2025