Un fantasma recorre el mundo occidental a pasos agigantados: la pereza. Desde hace un tiempo aparecen cifras cada vez más altas de abandono laboral. No es solo no trabajar, sino tampoco ir con ansiedad a conciertos, de viaje, a cenar, a comer, a una barbacoa, a hacer deporte. Es, simple y llanamente, el feroz deseo de no hacer absolutamente nada. En definitiva, el derecho a una vida holgada.¿Desde cuándo estamos hartos? ¿Cuándo se empezó a perder eso de la pasión por el trabajo o, más aún, la abolición del entusiasmo por el ocio febril? La del trabajo la tenemos ya algo más clara. Después la pandemia acabó explotando el malestar,la depresión de mucha gente, sobre todo, de muchos nacidos en los ochenta y noventa que habían crecido con aquel lema de que trabajar en lo que a uno le gusta es lo mejor que te podía pasar. Ver ese malestar es lo que rompió el vínculo afectivo y apasionado que teníamos con el trabajo y también con la fantasía de vida buena que prometía la realización a través del trabajo.

Hay una cuestión importante en darle legitimidad al deseo de la pereza porque eso es reconocer que vivimos en un sistema que sistemáticamente produce malestar y cada vez más malestar psicológico, y que, por tanto, no tenemos que desearlo y no tenemos que aspirar a crecer más, sino a vivir mejor y a habitar mejor. No es el trabajo el que te hará libre y a este paso tampoco el ocio. La verdadera libertad está en parar, soltar, dejar de hacer.

(Paula Corroto)

El otro día comentábamos lo pendular que es todo lo que hacemos en la vida, que todo está en movimiento y no siempre hacia delante y que a una tendencia al alza sucede otra que muestra todo lo contrario . Esto es lo que parece que empieza a ocurrir ahora, que la gente se manifiesta "quemada" por el trabajo porque piensa que ya no le hará libre y tampoco se lanza al desmesurado impulso de buscar afanosamente el ocio a toda costa. Y reivindican el derecho a no hacer nada, es decir, el derecho a la pereza.

Yo no he llegado a eso porque nunca me he sentido quemada por el trabajo ni he entrado en esa espiral del ocio excesivo pero también es verdad que a veces parar un poco, vivir más tranquilo, hacer las cosas más despacio y disfrutar más de los buenos momentos de la vida. Pasa muy deprisa y si nos despistamos podemos perdernos momentos que nunca más vamos ya a recuperar. Como contemplar las flores de un jardín

"El derecho a la pereza" fue un libro que escribió el francés Paul Lafargue aquien Moustaki dedicó una canción

https://www.youtube.com/watch?v=RqVV3S07uhM

Je voudrais rendre grâce à
Ce maître en sagesse
Qui ne demandait que le droit à la paresse

Besos.

Durante una conversación cotidiana, las personas intercambian ideas, emociones y experiencias a través del lenguaje. Sin embargo, no todas las interacciones fluyen de manera uniforme: algunas personas tienden a repetir constantemente las mismas palabras o frases, lo que puede llamar la atención o incluso generar incomodidad. Este fenómeno no siempre es consciente, y muchas veces responde a patrones psicológicos más profundos. Entender esta conducta puede aportar mayor comprensión sobre la dinámica interpersonal y emocional.

Repetir frases o palabras durante una conversación puede estar relacionado con distintos aspectos de la personalidad. Quienes lo hacen con frecuencia suelen presentar rasgos de ansiedad, necesidad de reafirmación, rigidez cognitiva o una fuerte necesidad de ser escuchados y comprendidos. A veces se trata de una estrategia inconsciente para mantener el control del diálogo o para dar mayor énfasis a lo que se dice. Dichas  repeticiones se pueden dar en el momento e incluso al tiempo de haberlas escuchado repitiéndolas exactamente igual o de forma muy parecida a como lo escucharon. Aunque no siempre es patológico, es importante prestar atención si la repetición interfiere con las relaciones sociales o laborales. La buena noticia es que, en muchos casos, esta tendencia se puede trabajar con estrategias de autoconciencia, técnicas comunicativas o incluso apoyo terapéutico especializado.Cuando la repetición de frases o palabras se vuelve excesiva, constante y empieza a interferir en la vida cotidiana, puede estar asociada a algún trastorno psicológico.

(Marta Burgues)

Me he enterado leyendo sobre esto que el hecho de repetir siempre las mismas palabras y frases, sobre todo cuando se las hemos oído a otros, se llama ecolalia. El nombre es lo de menos porque suena a trastorno, pero hay que reconocer que ya sea en mayor o menor medida todos hemos sucumbido a la tentación de repetir frases que se han puesto de moda y que se escuchan en todas partes aunque lo importante es no repetirlas ni aplicarlas para todo de manera compulsiva.

Todos hemos escuchado hasta la saciedad "ni tan mal" y que se aplica para todo y como esta hay montones que seguro que tú recuerdas. Otra cosa son las llamadas muletillas que son sintagmas innecesarios en las que el hablante se apoya de manera repetitiva al hablar, por ejemplo, por inseguridad. Las muletillas se colocan al final de las oraciones o sintagmas y se intercalan entre varios de estos elementos para ayudar al hablante a continuar su discurso. Las muletillas son propias del lenguaje hablado y espontáneo. Por ejemplo: Es una cuestión delicada, digamos, no es fácil hablar de eso con ella.  Te voy a echar mucho de menos, ¿sabes?. Y, bueno, la verdad es que me da vergüenza hablar de ello porque, bueno, no se lo he contado a nadie aún. Pero nada supera al omnipresente Vale.

Para repetidas estas palomas despistadas, no quiero imaginar cómo dejaraán ese muro ¿sabes?.

Besos.

La frase "todo es pendular" sugiere que muchos aspectos de la vida o del mundo tienen un comportamiento similar al de un péndulo, oscilando entre extremos o experimentando ciclos repetitivos. Se refiere a la idea de que las cosas no permanecen estáticas, sino que tienden a moverse o cambiar de un lado a otro, como un péndulo que oscila. Es una forma de describir la naturaleza cambiante y cíclica de muchos fenómenos, tanto físicos como abstractos, utilizando la imagen del movimiento de un péndulo. La raíz de "pendular" se encuentra en el latín "pendulus", que significa "colgante". Este término latino, a su vez, proviene del verbo "pendere", que significa "colgar" o "estar suspendido". La evolución del término refleja la observación fundamental del movimiento de un péndulo: su oscilación constante, su estado suspendido y su movimiento de vaivén.

Más allá de la física, "pendular" se utiliza de forma figurativa para describir cualquier movimiento, situación o comportamiento que oscila entre dos extremos, similar al vaivén de un péndulo. Este uso metafórico enriquece el lenguaje y permite expresar ideas complejas con una imagen vívida. Estados de ánimo: Se puede hablar del humor pendular de una persona, que fluctúa entre la alegría y la tristeza. Política: La historia política a menudo muestra tendencias pendulares, con el poder oscilando entre diferentes ideologías o partidos. Relaciones personales: Las relaciones pueden experimentar momentos pendulares, pasando por etapas de cercanía y distanciamiento. 

(Diccionario bíblico)

Todos sabemos que en esta vida todo es pendular, porque oscila entre extremos y tiene también esa idea de repetición, ya sea de conducta, de manera de ser, de relaciones personales que a veces registran movimientos pendulares, con acercamientos y alejamientos. Lo que está claro es que hay que descartar la idea de que todo se desarrolla en línea recta y que se avanza así. Nada más lejos de la realidad. Schopenhauer dijo que “La vida oscila como un péndulo hacia atrás y hacia adelante entre el dolor y el aburrimiento”.

El mejor consejo que he leído sobre este tema del péndulo es el siguiente: La vida es como un pendulo, esta llena de avances y retrocesos. Esto es una ley universal. Por lo tanto, debemos aprovechar al maximo los periodos de avance, y no gastarlo en tonterias. Esto implica tambien aprovechar las oportunidades en el momento que se dan, sin dejarlas pasar. Porque una vez que pasan, es probable que pase tambien el periodo de avance y nos tengamos que topar con el retroceso... pero debilitados, por no haber aprovechado los buenos tiempos para fortalecernos.

La foto que os pongo es de un péndulo siempre en constante movimiento que está instalado en el patio de la Facultad de Físicas de Salamanca. Creo que en el fotolog antiguo alguna vez puse su foto.

Besos

Dice Fernando Fernán Gómez en ese maravilloso documental que es 'La silla de Fernando', que el futuro nunca está en nuestras manos. Se refiere a la gente de a pie como usted y como yo. Queremos vivir en la ficción de que, en gran medida, lo que nos pase mañana depende de cómo actuamos hoy. Pensemos en las decisiones que pueden tomar para su mañana esas pobres gentes de Gaza o de Ucrania o de Siria o de Sudán. O si mañana Irán y Rusia deciden ponernos a todo el continente a bailar y mirar el cielo como hacen cada día miles de personas que vemos en la televisión en una realidad que nos parece imposible aquí. Qué será entonces de nuestros sueños y de nuestro mañana. Del piso de la playa o del plan de pensiones. No sé si Trump y Putin están tan locos como parece. Pero tienen nuestro futuro en sus manos.

Hace unos días la Policía rescató en medio de un secarral a dos ancianos de Leganés con deterioro cognitivo que habían echado a andar y se habían perdido. No sabían qué habían desayunado ese día, pero buscaban un lago que existió por allí hace más de 60 años. Seguramente donde se hicieron novios. Quizá esa es la realidad y solo haya un sitio donde poder seguir siendo libres: nuestros recuerdos.

(Paco Gómez)

La columna De Paco Gómez de hoy en la prensa local es de lo más pesimista pero tiene su punto de razón. Nos pasamos la vida haciendo planes por eso de forjarnos un futuro, no queriendo dejar ni un cabo suelto para que toda nuestra existencia esté en orden, pero todo puede cambiar de un día para otro. Porque la pura verdad, y más en estos días frenéticos de guerras, agresiones y política de la peor estofa no somos dueños de nuestro futuro, solo de nuestro presente y por supuesto de nuestro pasado como se lee en el último párrafo. Deciden otros por nosotros.

La frase "el futuro es incierto" se utiliza a menudo para expresar la impredecibilidad del futuro y la falta de control que tenemos sobre él, ya sea en la vida cotidiana o en el ámbito profesional. El futuro es una página en blanco que todavía está por escribirse y que lo forjarán los niños que ahora van a la escuela. Pero como dijo Einstein: "No pienso nunca en el futuro porque llega muy pronto". Al final del camino nos estará esperando.

Besos.

Los peripatéticos eran los discípulos de Aristóteles, uno de los filósofos más destacados de la antigua Grecia. El término peripatético significa "los que camkinan alrededlor". Esto se debe a que Aristóteles solía enseñar mientras camianaba por el campo en Atenas. Enfatizó la observación y la investigación como herramientas para adquirir conocimientos. Y en su legado resalta la la importancia del razonamiento lógico y la búsqueda del desarrollo humano. Su significado ha evolucionado y hoy en día la palabra peripatético se utiliza para describir a alguien que camina o se mueve constantemenete, como personas itinerantes o nómadas en su estilo de vida. También se em`plea para para hablar de quienes están en constante movimiento intelectual explorando y aprendiendo diversas disciplinas, en búsqueda continua y activa del conocimiento.

(Almanaque)

Este término se emplea mucho, a veces sin saber a qué nos referimos y sin citar su origen en la escuela de Atenas. Muchos lo relacionan con "patético" con lo que no tiene nada que ver. Este filósofo, Aristóteles, no soportaba dar las clases en las aulas él y sus alumnos caminaban por los jardines y áreas comunes a las afueras de Atenas conforme daban clase. Aristóteles tenía la creencia de que el mundo solo se conoce desde la experiencia, así que sus clases solo podían ser efectivas si se impartían en el exterior, caminando porque caminar activaba la mente. Al pasear, se potenciaba la observación, evitando caer en una rutina aburrida, y sus alumnos se mantenían activos y atentos. Ya lo decían en la época: mente sana en cuerpo sano. Además, el contacto con la naturaleza durante las lecciones era la combinación perfecta para filosofar.

Y yo me pregunto ¿Sería posible aplicar esto a las aulas hoy en día? Por infraestructuras tal vez fuese bastante complicado, no todos los centros de estudios cuentan con jardines o patios amplios. Además, los profesores se verían obligados a cambiar su método de estudio y los alumnos es posible que encontrasen una excusa para distraerse aún más. Aunque no lo sabremos con certeza si no se prueba. Como bien decía Aristóteles, “porque las cosas que tenemos que aprender antes de poder hacerlas, las aprendemos haciéndolas”. No sé yo si sería factible aunque podrían incluirse algunas actividades siguiendo este sistema, lobservando la naturalea como la que vemos en la foto en lugar de las pantallas de los ordenadores.

Besos.