PIEDRA SOBRE PIEDRA

La monumental Piedra del Altar de seis toneladas de Stonehenge, que durante mucho tiempo se creyó que era de Gales, en realidad proviene de Escocia, a nada menos que 750 kilómetros de distancia, informa Europa Press. Además, los hallazgos de un nuevo estudio apuntan a la existencia de métodos de transporte y una organización social inesperadamente avanzados en el momento de la llegada de la piedra a su ubicación actual en el sur de Inglaterra hace unos 5.000 años. El análisis de la edad y la composición química de los minerales dentro de los fragmentos de la Piedra del Altar coincidían con rocas del noreste de Escocia, a la vez que los diferenciaban claramente del lecho rocoso galés. Dado su origen escocés, los hallazgos plantean preguntas fascinantes, considerando las limitaciones tecnológicas de la era neolítica, sobre cómo una piedra tan enorme fue transportada a grandes distancias alrededor del 2600 a. C.  Los hallazgos tenían implicaciones significativas para comprender las comunidades antiguas, sus conexiones y sus métodos de transporte. Transportar una carga tan masiva por tierra desde Escocia hasta el sur de Inglaterra habría sido extremadamente difícil, lo que indica una probable ruta de transporte marítimo a lo largo de la costa de Gran Bretaña. Esto implica redes comerciales de larga distancia y un nivel más alto de organización social del que se cree que existió durante el período Neolítico en Gran Bretaña".

(El Confidencial)

La de veces que nos habremos planteado la pregunta acerca de cómo las enormes piedras de las pirámides de Egipto fueron transportadas y manejadas para construir esas moles. Se sabe sin embargo que eran arrastradas por una rampa y que se empleaban unas cuerdas para sujetarlas. Sin grúas de ningún tipo, claro está. Pero la noticia de este descubrimiento de Stonehenge, con una piedra de seis toneladas transportada desde Escocia a más de 750 Km hace más de cuatro mil años desconcertó a los entendidos. Pues parece ser que la movieron por vía marítima a lo largo de la costa, lo que no resta un ápice a la admiración de esta proeza en el Neolítico.

A veces nos creemos que somos los que hemos inventado todo, despreciamos lo que se hizo hace tanto tiempo y la historia nos acaba dando una reprimenda con cosas así. Todo es cuestión de ingenio, paciencia y perseverancia. No se trata de mover montañas aunque si fuera así siempre habría que empezar moviendo pequeñas piedras. Toda nuestra admiración para los arquitectos y artistas que nos han legado construcciones imponentes, ya sean las pirámides, el altar de Stonehenge o una catedral gótica sin los medios de ingeniería que ahora tenemos. Una cúpula de una iglesia, vista desde abajo con esas impresionantes pinturas son una prueba de ello. Yo tengo debilidad por mirar siempre hacia arriba en estos casos y contemplarlas como en el caso de la Capilla de la Virgen del Rosario en Lorca.

Besos.