¿POR QUÉ MENTIMOS?

El cerebro humano no busca la verdad, lo que busca es quedar bien. Esto nos ha llevado a conclusiones que incomodan, pero ayudan a entendernos mejor a nosotros mismos. El cerebro humano es una maravilla de la naturaleza. Ha sido capaz de llevarnos a la Luna. La humanidad ha conseguido explorar los confines del mundo, del sistema solar, del universo, y entenderlos en profundidad. Sí, el cerebro humano es prodigioso. Es, sin duda, lo que nos convierte en la especie más inteligente del planeta. Pero no es perfecto. 

Cuando tomamos una decisión creemos haber sopesado pros y contras, y haber madurado nuestra respuesta. Pero los experimentos demuestran que, normalmente, no sabemos exactamente qué nos ha llevado a tomar una decisión. Lo habitual, de hecho, es que las razones para hacer lo que hacemos las encontramos a posteriori; es decir, justificamos nuestros actos una vez realizados. Las evidencias muestran, además, que nuestras decisiones las defendemos por encima de todo, aunque no sepamos qué nos llevó a ellas.  En estas circunstancias, lo habitual es que no podamos permitirnos perder tiempo, sino tomar decisiones rápidas y eficaces, de manera automática, sopesando multitud de razones a la vez. De la mayoría seremos poco o nada conscientes, porque serlo exigiría mucho tiempo y esfuerzo. No importa, ya encontraremos la forma de justificarnos si algo de lo que hemos hecho parece poco correcto a ojos de los demás. Para eso está el intérprete: para preservar a toda costa algo tan valioso como nuestra autoestima.

(Manuel Martín Loeches)

Total, que cuando mentimos, en general lo hacemos para quedar bien. Si hemos tomado una decisión la defendemos hasta el final aunque estñe equivocada antes que reconocer la equivocación. Mentimos, como dice el texto, para quedar bien. Otra cosa bien distinta es la figura del mentirosos compulsivo, que es incapaz de decir la verdad ni a su médico. EWs posible que lo haga para quedar bien pero una vez que la primera mentira ha colado, sigue por esa senda, incapaz ya de dar marcha atrás. Distorsiona la realidad de manera reiterada y frecuente. Aunque al principio pueda tratarse de conseguir un beneficio personal inmediato –demandar atención, afecto, respeto o admiración de los demás, o evitar un castigo– hay un momento en el que el mentiroso compulsivo miente sin un motivo, lo hace por compulsión, sin ser muy consciente de por qué lo está haciendo.

Y además ya entra en el terreno de la patología. Los mitómanos o mentirosos compulsivos suelen alardear de sí mismos cuando cuentan algún suceso y lo hacen eludiendo su responsabilidad frente a esas situaciones. El narcisismo, en realidad es una tapadera que esconde sus inseguridades. Mucho cuidado con las personas tóxicas de este tipo. Si yo te preguntara… ¿mientes mucho? Tal vez tu respuesta sería: “Bueno depende de qué es para ti mucho”... Si dices que este árbol es muy frondoso ya puedes darle la vuelta a la situación, que no va a colar. Ni para quedar bien.

Besos.