PROSA INCOMPRENSIBLE

Quién supiera escribir... Digo que quién supiera escribir a la moda del país, con el manual de estilo de lo políticamente correcto. A pesar de los años de oficio, lo intento y no lo consigo, por más que me esfuerzo. No logro poner eso al uso: "Los retos de la globalización en el contexto de la distensión entre los antiguos bloques bipolares suponen un salto cuantitativo en el por aquí te quiero ver..." Por más que me pongo, aunque escribo cien veces "lo que es" y a "nivel de", o ese nuevo timito de "estamos hablando de", no lo consigo. Por mucho que me esfuerzo, escribo y se me entiende todo, qué deformación profesional. No sé poner "un descubierto de ingresos con relación a los gastos en los resultados de la cuenta de explotación", sino que escribo que el tío metió la mano en el cajón y se llevó la manteca colorá.

Qué maravilla, saber escribir eso del desarrollo sostenible, cosa que hasta ahora no he logrado... O lo que viene después, que es absolutamente prodigioso cómo se puede escribir de esta manera: el ámbito competencial, los retos abordados, el liderazgo de la ciudad, la búsqueda de sinergias, el factor catalizador, los procesos de planificación, el modelo consensuado, las bases estratégicas prioritarias, la adhesión de los ciudadanos a su entorno... Y todo ello, naturalmente, y sigo citando al pie de la letra, "con el telón de fondo de un pensar global". Porque esto tiene más razón que un santo. Los retos abordados en el ámbito competencial de cara a los procesos de planificación de infraestructuras no solamente han de tener en cuenta las bases estratégicas prioritarias, sino la búsqueda de energías para que el desarrollo sostenible quede integrado a nivel de adhesión ciudadana. Yo creo que es algo...

(Antonio Burgos)

Valgan estos párrafos de un artículo del recientemente fallecido Antonio Burgos, a modo de homenaje y tributo de admiración a su obra. Fue articulista y novelista, con una prosa admirable cargada de andalucismos y mucha gracia. También puso letra a la famosa marcha "Los campanilleros". A conocedor de la Semana Santa de Sevilla no le ganaba nadie. Recuerdo hace muchos años que leí su diccionario secreto de la Semana Santa y yo sola me reía de sus ocurrencias que además estaban muy bien documentadas. También era un gran aficionado a la tauromaquia y especialista en la vida y obra de Curro Romero de quien escribió una biografía.

Este artículo que es hace unos veinte años no puede resultar de más actualidad, donde hace mofa de lo que él llamaba lenguaje global. Ya se hablaba así en plan pedante pero no era nada comparado con lo que ahora llaman lenguaje inclusivo que me resisto a utilizar en la medida de mis posibildades. Huyo de él como para esconderse detrás del burladero de mentira que se puede encontrar en la recepción del Hotel Zenit, en Triana.

Besos.