QUEJARSE DE VICIO

Es fácil quejarse, ¿verdad? Todo el mundo lo hace. Puede tratarse del asunto más insignificante o, en cambio, la queja vendría a estar más que aceptada. Son muchas las razones que pueden llevar a una persona a quejarse por cualquier motivo. Sin embargo, no en todas las ocasiones esta queja es funcional ya que existen situaciones en las que las personas emplean este recurso sin un motivo real;  hay personas que se centran única y exclusivamente «en lo que falta en lugar de en lo que tienen», consumiendo tiempo y, lo que es peor: mucho esfuerzo y energía.

Si están continuamente quejándose todo el tiempo de su mala situación, acaban redundando en ello y, de alguna manera, terminarán sin hacer nada para cambiarlo. Estar instalado en la queja es como una mecedora, te mueves pero no avanzas. En relación a esto, la persona que recurre constantemente a la queja asume el papel de víctima, es decir, no asume la responsabilidad de sus actos y busca culpables de las cosas que no le salen bien en los demás. Además, el hecho de asumir este papel contribuye a que la persona no busque solución a sus problemas. Frecuentemente, esperará que sean los demás los que le ofrezcan una solución al problema que estén padeciendo en ese momento.

(Melissa González)

Es verdad que todos conocemos a personas que están permanentemente instaladas en la queja que es un paso más a partir del lamento. Incluso nosotros mismos podemos estar incluidos de vez en cuando en ese grupo. Pero, en mi opinión,  una cosa es lamentarse y otra quejarse. Es un hecho liberador, porque compartimos nuestros pesares con otras personas, pero también se corre el riesgo de aburrir a los que tenemos cerca y que nuestra queja ya ni sea escuchada con el rechazo que podemos llegar a generar.

Dicen los psicólogos que a veces nos quejamos de vicio, sin motivo aparente, y que puede ser por un lado para atraer la atención o para hacer que otro cargue con el motivo de nuestro lamento. De ahí a ir de víctima por la vida solo hay un paso, y eso agobia y cansa a los demás. Procuraremos resolver las cosas antes que dar dar lugar a eso. Eso se puede ver mucho en el ámbito político cuando nos quejamos de los políticos que nos gobiernan. Más vale que lo pensemos bien antes de votar, pero nadie nos garantiza que nadie nos decepcione... 

Me encanta la frase esta : Estar instalado en la queja es como una mecedora, te mueves pero no avanzas. Como el agua de una fuente que fluye constantement pero se alimenta a sí misma, como la de la Fuente luminosa de la Puerta Zamora.

Besos.