RESUCITANDO PALABRAS

Así como los árboles mueren de pie, paradójicamente las palabras desaparecen en silencio, después de alimentar «la cháchara y el ruido»,  para fallecer a causa de un desuso cronológico agravado con un olvido generalizado. No aparecieron esquelas en los periódicos ni un anciano, al fondo del pasillo, lloró su repentina ausencia. Lo que no se nombra no existe, sea un antepasado de carne y hueso o una palabra, que comparte con los hombres la servidumbre a un ciclo vital y con la energía su capacidad de transformación. Lo triste no es ya la inexorable muerte de las palabras (ley de vida), sino de los conceptos que las sustentan.

El Instituto Cervantes, que junto a la RAE, es el depositario de ese legado común, de esa patria inabarcable de las palabras, ha decidido traer a la vida 2.800 vocablos que hace un siglo seguían entre nosotros y que ya nadie pone en pie. «Durandaima», «cuñadez», «camasquince», «lianza», «cocodriz»...  La Caja de las Letras del Instituto Cervantes acoge este «cementerio», dicen, de palabras, exhumadas ahora con un trozo aleteante, una vibración muy débil de las personas que las usaron y los tiempos que vivieron.

(Gonzalo Núñez)

En plena era digital el lenguaje en general y el español en particular están invadido por extranjerismos, anglicismos sobre todo que forman parate del día a día y acaban quedándose. La lengua se enriquece, el idioma se rejuvenece y se pone al día porque a conceptos, ideas y objetos nuevos lo normal es denominarlos con palabras nuevas.

Pero al mismo ritmo acaban desapareciendo palabras que por su poco uso han pasado primero a un rincón y después directamente al cementerio de palabras olvidadas, expresión que tanto recuerda a la obra de Zafón donde aparecía el famoso cementerio de los libros olvidados...

Pues de vez en cuando está bien recuperar esas palabras, desenterrarlas y ponerlas de nuevo en circulación. Bien por la iniciativa de la RAE, como "cuñadez" que ahora está más viva que nunca aunque la llamemos "cuñadismo" con una cierta dosis de mala leche incluída. Largo camino a todas ellas, como en la foto.

Besos.