Los recuerdos siempre son diferentes a lo que pasó en realidad. Lo que pasó ya no existe. Es más, lo que pasó dejó de pasar apenas un instante después de haber pasado. Sí, una vez percibido el hecho objetivo que ha sucedido dejamos de trabajar con la realidad para pasar a trabajar con la representación de la realidad que se ha formado nuestro cerebro. La realidad deja de existir en el momento en el que la interpretamos junto a todos nuestros fantasmas y demonios, deseos y miedos , aspiraciones y expectativas .
Y una vez interpretada la guardamos en nuestra memoria . Sí, guardamos esa interpretación completamente cargada de significado , emociones y connotaciones tan personales que nadie más puede comprenderlas. Ante un mismo hecho diferentes personas pueden tener diferentes vivencias subjetivas y por tanto diferentes recuerdos. Pero el tema no termina aquí. La distorsión , en temas de memoria, se produce cuando guardamos la información pero también cuando la recuperamos. Nuestro estado de ánimo condiciona la información que vamos a recuperar así como la adecuación a la realidad de esa información. Si estamos tristes teñiremos de tristeza ese recuerdo. Si estamos eufóricos le daremos color a esa memoria.
(Tomás Navarro)
Estos días que ando yo precisamante removiendo objetos personales, ropa, papeles y fotos antiguas me doy cuenta de que me está pasando lo que dice este texto. A cada cosa que encuentro, a veces sin buscarlo, los recuerdos se apoderan de mí y me hacen retroceder en el tiempo con toda la nostalgia del mundo.
Pero tiene razón este texto cuando dice que la realidad deja de existir en el momento que ya recordamos con todo el tiempo pasado cosas que ocurrieron desde entonces, incluídos fantasmas y gozos de hechos concretos. Todo se nos presenta desde una óptica distinta, que es lo que llamamos distorsión de los hechos. Lo que vimos y vivimos entonces, treinta años atrás, no vale porque tenemos toda la información posterior que lo ha contaminado. Y sobre todo y en lo que estoy más de acuerdo es que ese mismo recuerdo varía mucho si te acercas a él en un momento alegre o triste. La pura verdad. Cuando yo era pequeña mi tía Adela me llevaba a ver los cisnes de un parque salmantino y ahora llevo yo a mi nieta. La nostalgia del recuerdo se convierte en gozo al ver la cara mi niñita que los mira con fascinación.
Besos,
Totalmente de acuerdo con el pensamiento de Tomás Navarro, y quizá se deba a eso lo que sostienen algunas teorías: que en realidad no recordamos lo pasado, sino que volvemos a vivirlo, porque los recuerdos no se recuperan con objetividad, sino que el presente les da un matiz distinto.
Buenas noches .
Ay los recuerdos cuantos veces nos han hecho llorar al recordar ,o al ver en una foto por ejemplo, una escena, una persona , un lugar de hace muchos años .Muchas veces incluso ya casi ni recordamos bien ese momento pero la nostalgia desde luego ahi está.
Y los que guardamos tantas cosas pues siempre hay esos dias que ves algo que te hace volver atras.
Yo intento no ver mucho cosas pasadas , pero es lo que decimos , tenemos tantas cosas .
Pero tampoco es bueno estar siempre pensando.´
Todo eso ya pasó y como dices , muchas veces todo lo que pensamos no fué literalmente asi .
Tenemos un recuerdo pero no es el recuerdo exacto.Es curioso.
Me imagino la carita ( tan preciosa) de Iris viendo a esos Cisnes.
Y que por cierto, vaya foto bonita .
Hoy 7 meses ya .Madre mia .Mi hermano fué el 12 .
Bona nit .
Un beso.
A ciertas edades, ya no seríamos nada sin los recuerdos. Los trabajos, los amores, los amigos, la familia, los momentos de ocio, los viajes, las películas, los libros .... Cierto, que como dice el articulista los moldeamos a nuestro sentir, los distorsionamos, los adaptamos a nosotros mismos. Pero sin esos recuerdos, seríamos enfermos de alzheimer.
A ciertas edades, somos nosotros y nuestros recuerdos.
Que tengas una bonita semana. Besos
Joaki-007Hoy a las 06:08
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