¡Felices fiestas!

   Otro año más nos llegan las navidades y nos deseamos paz, alegría, amor, felicidad y todos los bienes del mundo.

    Ésta alegría, propia de estas fechas, nos hace ser espléndidos; a veces derrochones, y parece que se nos abren las arcas y se nos salen los dineros, sin ton ni son, caprichos, golosinas, comidas extraordinarias, turrones, regalos a diestro y siniestro …

    Pero, este año el gobierno nos ha escamoteado la paga extraordinaria de Navidad, con lo que los ingresos se ven muy mermados; los precios han subido, el iva los ha alborotado y ha valido todo para redondear por lo alto.

    Cuando se ordeña la vaca y la ubre está vacía, no sale nada; lo único que puede pasar es que la dañemos, enferme y deje de dar leche. Si gastamos más de lo que tenemos por estas fechas, la cuesta de enero se nos va a hacer durísima, a muchos con la cima inalcanzable. Por lo tanto, alegría, pero no tanta que nos lleve al derroche y al gasto de aquello que no tenemos y que posteriormente nos hará mucha falta.

    Gastemos con cordura, en lo necesario, sin olvidar que otras muchas gentes pasarán hambre, no tendrán cobijo, se verán perseguidas … Son los nuevos Cristos que nacen, ¿no te sientes pastorcillo con ganas de ayudarles?

    Esta época es especial para pensar en los demás, para ponernos en su lugar y ayudarles en todo aquello que podamos. Sabemos que no está en nuestra mano solucionar todos los problemas del mundo, pero pensemos en nuestra pequeña aportación, aliviará algunas necesidades.

Chiste:

   
   ¡Esta crisis!

   Un niño esperaba impacientemente que llegara navidad para ver que le iba a regalar su padre.

   No aguantó más y se lo preguntó:
    - Papá, papá, ¿Qué me vas a regalar para navidad?
    El padre le dice:
    - ¿Qué te regalé el año pasado?
    - Un globo.
    - Pues, este año te lo inflo.

¡Sé feliz!