SANT JORDI

Bella princesa encarcelada
qué duelo hay en tu mirar!
De nuestra madre bien amada
tienes el puesto y lo bello hablar.
Dentro de la torre desolada
ta gran belleza voces marchitarse,
un dragón feroz es la entrada
que t'urparà si quieres salir.
Tiene la mirada toda encendida
de celos y de rencor.
No quiere que te vean tu belleza;
no quiere que te tenga nadie amor.
Ventana afuera, si te asomes,
la escupe la fiera su veneno;
si con tus clamores ayuda invocas
con un bramido no lo deja oír.
Bella princesa encarcelada,
qué soñar en los tiempos de antes,
cuando de todos eras festejada
y los reyes te hacían besamanos!
Mas si el pasado la mirada se lleva,
el corazón se lleva el porvenir;
una clamor se siente lo suficientemente fuerte
que la cautiva puede oír.
Parecen canciones de la vetllúria;
quizá son himnos del presente ...
Es el rumor de la espesura
cuando de noche pasa un golpe de viento?
O bien es la ola cuando llega
llevando en el seno la tempestad ...
Dentro del corazón que la cautiva
una esperanza ha amanecido.
Es como después de la noche morena
que el sol se levanta resplandeciente,
y la luz se lanza toda una
dentro de las tinieblas del torrente.
Entre las nieblas luminosas
ve la princesa lo bello mañana.

Cuando los rosales se llenan de rosas,
blanco caballero llegará.
Desnuda la espada, el brazo en alto,
hacia el dragón avanza ardid.
De la primera vez, desgaja el aire;
la segunda vez, se lo hunde en el pecho.
Ya triunfante, la dama divisa
y abre las puertas diligente;
o mientras el monstruo en tierra expira,
sale la princesa resplandeciente.
Y ella, como tú, tiene la alegría,
porque, como tú, ha dejado el duelo;
que la leyenda es profecía,
y el corazón le dice que Dios lo quiere
que venga la hora presentida
que la leyenda revivirá.
Cuando los rosales sacarán florida
la profecía es cumplirá.