TU ESPALDA

Me regalaste las doradas espigas de tu pelo
para que mis torpes dedos las desmadejaran,
me enseñaste generosa y desprendida
cada mancha de la deseada piel de tu espalda
para que depositara en ella cada beso,
cada una de mis caricias, cada mirada.

Elevaste mi deseo hasta tus desnudos hombros
mientras tu cintura se escondía a mis miradas
y dejaste un retazo del perfume de tus pechos
para que mis sentidos alocados despertaran.

Yo en cambio que te doy? Solamente un poema,
unas trémulas y pobres rimas desesperadas
para que tus ojos las recorran en silencio
y acaso una sonrisa se dibuje en tus ojos
mientras tu boca se abandona a un beso
y el sueño de los míos recorren tu desnuda espalda.