Camino del Cid: Alto Maestrazgo

Iglesia de la Purificación de La Iglesuela del Cid.

Vecina a la Sierra de Gúdar, nos adentramos a la comarca turolense del Alto Maestrazgo, para llegar a LA IGLESUELA DEL CID (la Glesiola medieval), que cuenta actualmente con una población de 400 habitantes.
Si bien no existe constancia documental del paso del Cid por esta localidad, dan fe de ello sus topónimos como Muela del Cid, Peña del Cid, ermita de la Virgen del Cid o Fuente del Cid.
En el siglo XIII, la villa pasó a a ser propiedad del Temple y tras la desaparición de esta orden de caballería, a la del Hospital. La encomienda templaria fijó su sede en la Torre de los Nublos, único resto de las antiguas murallas y que actualmente forma un bloque unitario con el Ayuntamiento. Muy cerca encontramos la Iglesia de la Purificación, un templo barroco levantado sobre otro gótico anterior. El callejeo nos lleva a a algunos palacetes y casonas de interés. La Iglesuela del Cid fue declarada conjunto histórico artístico en 1982. Los telares de esta villa se remontan a los cátaros.

Abandonamos Aragón para llegar a la Comunidad Valenciana por VILLAFRANCA DEL CID, localidad de 2.200 habitantes, situada en la comarca de Els Ports. Su altitud, 1.125 m sobre el nivel del mar, da buena cuenta del fascinante entorno natural en el que se halla ubicada. También fue templaria esta localidad pasando luego a los Hospitalarios. Villafranca del Cid posee, un interesante y cuidado casco antiguo, con casonas solariegas de los siglos XIII al XV y algunas callejuelas y pasadizos de evocación tardo medieval. De especial interés resultan la Torre de Conjurar, y su horno gótico, del siglo XIV y la iglesia de Santa María Magdalena, renacentista del siglo XVI.

Iglesia de Santa María Magdalena de Villafranca del Cid.

Un paseo por sus calles nos llevará hasta el antiguo Ayuntamiento, un edificio gótico, construido entre los siglos XIII y XIV, en cuyo interior se halla el retablo de la Virgen del Losar. Callejear por sus calles nos lleva hasta el Portal de San Roque, una de las viejas puertas de la villa, amurallada en el siglo XIV. Buena parte de estas murallas fueron destruidas durante las guerras carlistas, pero aún hoy pueden verse importantes restos de las mismas.

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