Cuaderno de campo: La lloca del Rinconín

Siguiendo el Paseo del Muro, se cruza el Puente del Piles. Poco después de la escalera 23 está esta estatua. Es de bronce y mide dos metros y medio, quizá tres. Está sobre una pequeña plataforama y mira en dirección Oeste, al mar.
Su nombre real es el "Monumento a la Madre del Emigrante", y la creó el escultor Ramón Muriedas. Cuando se inauguró en 1970, no fue muy bien recibida: de manos , pies y cabeza desproprocionadas, con una expresión sufrida, no puede decirse que sea una estatua estéticamente atrayente (es fea, vamos). Sin embargo, tampoco puede negarse que muestra como pocos el dolor de la pérdida. Ves de cerca su rostro y sabes que ya ha aceptado que nunca volverá ver al hijo querido que se ha ido en barco a la otra punta del mundo; también ve uno que la aceptación no le quitará el dolor, que ese siempre la acompañará desde el momento de su partida.
Con el tiempo, fue aceptada la estatua. Pero no sin tener antes su apodo: la loca (o la LLoca) del Rinconín, que es la zona en que está ubicada la estatua.
La parte más expresiva de la estatua es su cara, y aquí no queda bien reflejada. En unos días intentaré volver a la zona y hacer su cara más detallada, que creo que vale la pena