La calle Fuerte Viejo, en Cimadevilla, es una calle particular. Sólo tiene una entrada para vehículos (que ahora está en obras por renovar la subida al Cerro y... no, mejor lo dejamos ahí; sólo decir que no me convence). Después de entrar, se gira a la derecha, acto seguido a la izquierda y luego sigue de frente. Como un rayo, o como una manivela, según. A un lado, antes del final, tiene una escalinata que baja a Castro Romano.

Bueno, pues a la altura de la entrada de la calle y mirando hacia dentro de la misma eché un vistazo a principios de mes para ver las nubes por encima de las casas. Estaban de un azul tan guapo que supe dos cosas: que iba a cambiar el tiempo (y algo enfrió) y que iba a intentar dibujarlas. Éste es el resultado final, dos días despues de tirar la foto.

Ya sé que las nubes son sólo agua evaporada, pero el efecto de la luz sobre ellas siempre me ha fascinado. De vez en cuando, he tratado de reproducir el efecto que éstas me producen, con desigual resultado. Pero ésta vez me quedo contento de las nubes.

Si acaso, el edificio de enfrente, azul y amarillo, me ha quedado particularmente chillón. Tendría que haber matizado el tono, pero no daba con la mezcla adecuada porque me parecía algo verdosa. Y al fotografiar el dibujo (no suelo escanear las acuarelas) ha quedado más brillante que en el original. Traté de apagar los tonos al preparar la imagen para subirla, pero al final decidí no tocarlo para preservar el efecto de las nubes, que es lo que más me interesaba. Los edificios de los lados hacen suficiente contraste y enmarcan el espacio del centro.

Os diría que subí al árbol y la arranqué de la rama, pero mentiría:

https://periplosporelparamo.blogspot.com/2025/03/mandarina-con-rama.html

Pero al final la comí, y eso es cierto. O casi. Cuidáos, nos vemos pronto. Un saludo.