Me temo que esta vez he hecho el dibujo un poco por los pelos. Pero eso me ha permitido volver a dibujar sin modelo, algo que debería hacer más a menudo. Hace unos días había hecho un esbozo que acabé hace media hora, más o menos.
Esa es siempre la duda al empezar un dibujo. ¿Qué quiero mostrar? ¿Cuál es el mejor modo? ¿Por dónde empiezo, a qué escala, más grande o más pequeño? ¿Más o menos detalles? Pequeñas decisiones, una detrás de otra, en las que a veces no piensas de modo consciente, pero que están presentes cada vez que dibujo una línea.
No voy a hacerme el solemne, o ponerme lírico: simplemente, dibujar implica ver lo que tienes alrededor y tomar decisiones. A veces la decisión reside en lo contrario: ignorar tu entorno y mirar dentro de uno mismo.
Si os fijáis en el dibujo, todo tiene color menos el dibujante. Porque lo que importa al dibujar es lo que dibujas, nada más. Si eres listo, el ego lo dejas para otras ocasiones (y en pequeñas dosis).
Y ya llevo tres semanas seguidas de dibujo diario. Si quiero hacer 37 días (un reto de una semana y otro de un mes), me quedan 16 días. Vamos bien.