A PROPÓSITO DE LA LIBERTAD

Somos una sociedad que ha abdicado de su libertad . El caso de las nuevas tecnologías es muy claro. No somos capaces de controlar el uso de dispositivos a través de los cuales pueden saberlo todo sobre nosotros. Se trata de una nueva forma de autoridad difusa; nos marca qué desear, qué amar, qué temer. Y lo más grave es que se trata de una renuncia consciente, amamos esas rejas invisibles, besamos sus barrotes. A pesar de que todos sabemos que estamos vendiendo nuestra alma al diablo al entregar información íntima y personal cada vez que aceptamos unas cookies, nunca se me había ocurrido relacionar tal abdicación con el miedo a la libertad.

El secreto está en fomentar la responsabilidad individual, de modo que cada uno, en vez de abdicar su libertad en la sociedad, en políticos carismáticos o en plataformas que nos vuelven imbéciles, sepa elegir su propio camino. Arriesgarnos a salir del rebaño, porque solo entonces descubriremos que somos muchas, millones diría yo, las ovejas díscolas a las que no nos gusta comulgar con ruedas de molino y tragar verdades prefabricadas.

(Carmen Posadas)

La escritora viene a decir en estas líneas que la Policía no es tal en estos momentos que la verdadera Policía no es la que está en la calle poniendo orden, sino las redes sociales que nos dicen lo que está bien y lo que está mal, lo que debemos comprar e incluso pensar. Afirma que esto es una auténtica tiranía, como un dictador ante el cual la gente claudica y se convierte en esclava. Si en un momento determinado realizas una búsqueda en internet sobre un objeto determinado las famosas cockies que aceptamos sin rechistar y sin leer la letra pequeña ya están al tanto de nuestros gustos y necesidades. Es como regalar nuestra intimidad.

Y lanza al final un deseo para recuperar esa libertad perdida y que muchos tienen miedo de recuperar, convertirnos en ovejas díscolas y decir que no dejando de lado el miedo a que nos encasillen y nos orillen. Muchos casos de esto se están viendo por desgracia en estos días. Lo de "Vivan las cadenas" no debería tener sentido en el siglo XXI. El sol sale para todos cada mañana y, aunque esté cubierto por las nubes, no hay que olvidar que sigue estando allí.

Besos.