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Soy de esa amplia generaciónque le dio una importancia inusitada a los objetos, a diferencia de las anteriores y las posteriores. Las primeras porque no pudieron permitírselo y las últimas porque se han criado en un mundo virtual en el que el objeto ha perdido todo prestigio. Nosotros, en cambio, somos los hijos de esa mentalidad desarrollista en la que entrábamos en la sociedad de consumo, la clase media se formaba y por primera vez había dinero para acumular trastos, algo impensable poco antes.
Quizá simplemente sea una cuestión familiar, porque mi padre es otro gran acumulador, en su caso, de cualquier cosa que pueda ser reutilizada: es uno de esos artistas capaz de convertir lo inservible en algo útil o bonito, que siempre dice "no lo tires que para algo me servirá" ante la ceja arqueada de mi madre. Ya no cabe la posibilidad de que, como nosotros entendíamos, una película o un disco fuese una manera de expresar cariño e interés. Objetos que intentaban expresar que conocíamos a la otra persona, que habíamos hecho un esfuerzo por encontrar algo que pudiese agradarle al mismo tiempo que nos representaba a nosotros mismos. Esperábamos que ese objeto sirviese como vínculo entre el que regalaba y el regalado. Un objeto mágico, no basura. Los objetos han desaparecido y, con ellos, el alma de los lugares.
(Héctor G. Barnés)
DEbo reconocer que yo, al igual que mi padre, soy de ese tipo de personas, quizá también como característica de mi generación, a la que le cuesta deshacerse de cosas, ropa, libros y objetos en general que se van acumulando en las casas con los años. Y es que como dice el texto, los objetos son el alma de los lugares y forman parte de nuestra vida y nuestros recuerdos. Y además está eso del "por si acaso hace falta alguna vez".
Las generaciones más jóvenes saben vivir con mucho menos porque no entienden que se compren discos y libros que están en internet y que ocupan estanterías recogiendo polvo. La decoración que les gusta es la de Ikea, muebles claros con muy pocas estanterías para colocar cosas, como si vivieran en permanente estado de mudanza cercana. Quizá sea solo cuestión de tiempo y después del paso de los años ya tengan más cosas acumuladas. Este artículo me ha parecido melancólico y reivindico lo material. Ahora que estamos bajo amenazas de ciberataques , todos los objetos analógicos son valiosos. Y un libro se puede leer en un parque, en un banco de piedra, sin temor a un tirón …Y no se queda sin energía ni falta que le hace.
Besos.
A mí también me gustan los objetos, tanto si son producto de un regalo, es decir, si están envueltos en el cariño, como por sí mismos. Creo que hay una estética del objeto, o, mejor aún, que hay objetos estéticos; por eso he sido siempre un coleccionista empedernido, sin pretender llevar esos objetos a la categoría de obras de arte. Pero es que, aparte de "lo bello", está "lo bonito", y no es nada despreciable.
Preciosa la foto...muy bonita .
Buenas noches .
Pues que decirte de tu actualización de hoy ..ya sabes .Yo soy de toda la vida de guardar cosas , no tirar nada , por eso de " "por si acaso hace falta alguna vez"...
Y como todo lo guardo, pues llega un momento que tengo que ir haciendo limpieza , una limpieza que no llega a buen termino ya que , todo lo que digo " esto al final lo tiro" , pues no lo tiro y si me vé Mary que lo voy a tirar , pues aun menos pues ella es peor que yo..
Lo que pasa es que los años van pasando y muchas veces pienso que cuando faltenos , vá a ser un problema para los hijos ..
Bueno, ha nevado en el Tibidabo pero vaya ,poca cosa- En el Tibidabo ,cuando el tiempo está asi como ahora , ya suele nevar un poco .está a 500 metros.
Pues si, los telefonos fijos poco suenan ya en las casas ..a nosotros dejando los pesados como bien dices , pues nos llama una prima de Madrid que es muy mayor y mi excuñada, pocos más,
Bona nit .
Un beso.
Saludos Amiga Maravillas !!! pues sin lugar a duda muchos de nuestra generación guardamos cosas , que exactamente cuando hace falta algo .... ahi vamos a la bodega en lugar de ir a comprar ...
A lo que se acaba de agregar muchas cosas que dejo mi mama y que pues tienen un valor inconmesurable para mí ...
Saludos desde México -----al otro lado del Atlantico !!
Estoy en tu línea. Me cuesta mucho desprenderme de un libro o un disco.
Precisamente ayer domingo me entregaron las llaves de un piso que alquiló mi abuelo hace 60 años, y cuya renta actualmente era totalmente ridícula. El último superviviente de aquella familia ha fallecido y los parientes vinieron de Málaga y se llevaron lo que consideraron que para ellos tenía algún valor. Pues bien, entre lo que dejan hay una biblioteca llena de buenos títulos y autores y también una buena colección de cd's. ¿Y que hago yo con tanto libro? ....
Buen inicio de semana. Besos.
eliocroca2Hace 11 minutos
Joaki-007Hoy a las 18:39
angela.69Hoy a las 08:50
astur_8207/10/2024
larocuky06/10/2024