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He tenido la suerte de recibir en casa a cuatro personas que jamás habían pisado nuestra ciudad. He tenido la suerte de ver cómo sus caras se llenaban al ver, pasear, sentir Salamanca. He visto cómo sus caras se asombraban al encontrarse de frente con la torre de La Catedral Nueva al girar la calle y quedarse impactados con un edificio tan imponente a la vuelta de la esquina. Sin avisar, sin verlo venir, allí estaba Ella. Me he sorprendido con la curiosidad con la que leían y (me) escuchaban sobre la historia del Cielo de Salamanca. Algo que estuvo, que se tapó, que se encontró, que se arregló, que hubo que reclamar… Como muchas de las cosas buenas de la vida, que a veces las perdemos u olvidamos.
Sí, he necesitado que alguien de fuera me recordara lo mucho y bueno que tenemos. Que volviera a levantar la mirada del suelo cuando iba paseando por las calles, que parara, sintiera y disfrutara. Y es que parece que valoramos poco lo que tenemos cerca. Ya te he dicho que es una pena. ¿Sabes? Me encantaría saber cuántos de los turistas que entran en la Catedral son de Salamanca. Igual son muchos menos de lo que estás pensando. Y la tienes ahí, bueno, la Catedral, la Clerecía, el Patio de Escuelas Menores, la Universidad… ¿Sabrías explicar estos monumentos a alguien que viene de fuera? Si tu respuesta es no, como te vengo diciendo, es una pena.
(Fernando Población)
Cargadas de razón estas líneas de Población en su artículo de la prensa local. Y además, en mi opinión, invitan a hacer una doble reflexión. En primer lugar, muchos de nosotros no sabemos apreciar lo que de bueno y hermoso tenemos a nuestro alcance (esto vale para todas las ciudades) porque lo vemos como cotidiano y no le damos importancia. Pasamos de largo, mirando al suelo y no admirando lo que tenemos nada más alzar la mirada. Y mientras, nos vamos de turisteo a lugares lejanos y remotos de donde volvemos sabiéndolo todo del viaje. Un contrasentido.
Y la segunda reflexión, ligada a la primera, es si muchos sabríamos explicar a los de fuera los monumentos, los rincones de los que disfrutamos cada día como las Catedrales, la Clerecía, la Universidad o la Plaza Mayor. Y lo peor de todo es que muchos nos tendríamos que preguntar si los visitamos de vez en cuando. Vete a saber. Y repito que esto es aplicable a cualquier ciudad.
Os dejo con esta vista nocturna de la Catedral Nueva iluminada, desde el Palacio de Anaya, Facultad de Filología.
Besos.
Buenas noches .
Impresionante la foto de esta belleza de la Catedral Nueva iluminada.
Te ha salido además un color espectacular .
Y que razón las lineas de Población y las tuyas .
Grandes reflexiones pues no nos damos cuenta de las muchas cosas bonitas que tenemos y que igual , como lo vemos casi a diario , no lo valoramos .
Eso se suma a otra cosa .
Si viene alguien de fuera a nuestra ciudad , muchas veces , gracias a estas visitas ,volvemos a ver monumentos y lugares que igual los teniamos algo olvidados y tambien además, adquirimos datos que tampoco los teniamos in mente .
Asi que ...hay que ir a otras ciudades Españolas para que , los de alli te acompañen y de paso ellos , vuelven a disfrutar de su ciudad .
Y que vengan a las nuestras tambien ,gustosamente les enseñares nuestra ciudad .
Bona nit.
Un beso.
Claro que el interés por el Arte, y su conocimiento, deben centrarse ante todo en el de la propia ciudad, pero cuando se siente auténtica pasión por la creación estética y por esos rincones cargados de monumentalidad y de Historia, las fronteras se acaban diluyendo, y el afán por conocer y ver va mucho más allá; puede llegar hasta el último rincón de la Tierra.
Buen fin de semana
saludos
Buenos dias mi querida amiga y totalmente de acuerdo contigo en lo que hoy nos brindas, feliz fin de semana por aqui ha amanecido muy freskito, un abrazo.
Joaki-007Hoy a las 12:18
angela.70Hoy a las 11:17
eliocroca2Ayer a las 22:11
corremundosAyer a las 11:33
gkane13/06/2025