ATARDECER SEVILLANO

La luna se hizo oro sobre el río.
Sus rayos tintaron de atardeceres
sus corrientes y su brillo.
La luna convertida en limón maduro
fue exprimida sobre Sevilla
por la mano de Dios.
Y en las agua del Guadalquivir
gotas de su dorado zumo,
cayeron como lluvia en su desnudo perfil.
Y las estrellas abrieron sus ojos
ante hermosura juvenil.
La luna es una luciérnaga dormida
en su propio resplandor.
Una flor de fuego y ámbar liquido
colgando de lo mas alto de un balcón.
Y aquel limón maduro que al exprimirlo
con la mano invisible de Dios.
Pintó con sus doradas gotas
aquel atardecer andaluz.

(D. Pol)

Esta vista de un atardecer de primavera desde el puente de San Telmo hacia el de Triana pudiera ser uno de esos momentos que algunos designan como "síndrome de Stendhal". Poco se puede añadir con palabras. Qué belleza de luz, de colores reflejados en el agua, de este puente que parece doble. De un lado Sevilla, de otro TRiana. Lástima del edificio Pelli tan grandón asomando por cualqier perspectiva que se encuentre. Supongo que pasará como en otros muchos casos, que la gente, quizá otra generación acabará acostumbrándose a su presencia... pero poco puede hacer si quiere competir con las demás torres, que  sí que forman parte de la silueta sevillana.

Ese limón maduro exprimido, como dice la poeta, bajando de la luminosidad de la luna llena, esas estrellas titilantes que enamoran a cualquiera ... serán el contrapunto de la luz fuerte y poderosa que emana del cielo azul del mediodía. También forman parte de ese color "espesial".

Un beso.