ATARDECERES SEVILLANOS

 El sol poniente encendía apenas con toques de oro y carmín los bordes de unos frágiles nubes blancas que descansaban sobre el horizontede los tejados. Caprichoso, con formas irregulares, se perfilaba el panorama de arcos, galerías y terrazas: blanco laberinto manchado aquí o allá de colores puros, y donde a veces una cuerda de ropa tendida flotaba henchida por el aire con una insinuación marina.
Poco a poco la copa del cielo se iba llenando de un azul oscuro. por el que nadaban, tal copos de nieve, las estrellas. De codos en la barandilla. era grato sentir la caricia de la brisa. Y el perfume de la dama de noche, que comenzaba a despertar su denso aroma nocturno, llegaba turbador, como el deseo que emana de un cuerpo joven, próximo en la tiniebla estival.

(Luis Cernuda)

Uno de mis clásicos de cada año es una estampa de un atardecer de primavera sobre el puente de Triana desde la calle Betis, del lado trianero. Pero aunque el puente es el mismo, el lugar y el enfoque es el mismo, cada vezes diferente. Y no puedo evitar hacer y subir la foto. 

Es de esos momento de síndrome de Stendhal, de emoción contenida y que dura solo un momento. Como dijo Cernuda, sevillano de pro, los toques de oro, las frágiles nubes dan lugar al azul oscuro donde nadan las estrellas, se recibe la caricia de la brisa del Guadalquivir, y el aroma nocturno de los incipientes azahares que este año han brotado con retraso.

Espero que os guste la imagen. Un regalo con todo mi cariño.

Besos.