Cuento los minutos que faltan para el centrifugado, los euros en la cuenta corriente, las veces que Curro se ha meado en la alfombra, los seiscientos segundos de los macarrones, las canas que aparecen bajo mis mechas -¿otra vez a la peluquería?-, las veces que he fregado la misma sartén esta semana. Cuento calorías, las repeticiones de los ejercicios del gimnasio, las llamadas de mi madre diciéndome -sin palabras- que se siente sola. Las veces que te fallé. Cuento mis mentiras, cada vez que mi jefe me dice que no haga lo que me dijo que hiciera. Los días del ciclo de la píldora. Cuento las palabras de este microrrelato para cumplir -responsable, seria, formal-, de nuevo, la matemática.
(Rosita Fraguel)
Dicen quienes saben de esto que la vida está dominada y regida por las matemáticas, que todo son números a nuestro alrededor y a juzgar por este relato, metáfora de lo cotidiano, sería así. Contamos los minutos que faltan, los que sobran, el dinero, las veces que hacemos y repetimos las cosas, ya sea en el trabajo o en el gimnasio, las calorías, las veces que mi madre, la pobre, me repite las mismas cosas. Pero la vida aun siendo así debe tener más alicientes.
Una escapada a un restaurante bonito, solos los dos, disfrutando de un momento que, hay que ver lo que son las cosas, en estos días resulta algo excepcional. Y lo haces como si estuvieras robando tiempo a otras cosas en principio más importantes. Pero no, no lo son. Que el contar dinero y tiempo, se quede parado, disfrutemos de eso que se ha dado en llamar pequeñas cosas que en realidad son las más grandes.
Espero que a nadie se le ocurriera ponerse a contar las ramas y las plumas del florero, los pliegues de la tela que cubre la carpa. Gocemos del instante, del ambiente y de la comida y de ese carpaccio de piña con helado de nata que vimos ayer, con forma de huevo frito con los colores invertidos.
Besos.
tal como nos viene afectando la pandemia, es posible que a cualquiera se le ocurra contar los pétalos de un ramo de claveles. Estamos perdiendo un tren que, para algunos, no volverá a pasar.
Bona nit .
Dices que un restaurante bonito , supongo el de la foto,bueno la carpa, y bien bonito que és al menos ese techo...y ese precioso jarrón .
Yo contar quizas no, pero apuntar mucho, si .Las peliculas que veo, los pasos del contador de la luz, lo que gasto , cada dia mis apuntes en mi agenda ...
Claro ahora las cosas que se hacen que hacia mucho que no se hacian , se disfruta mas por las circunstancias .Tanto tiempo sin poder hacer nada ...
Me parece que medio adivine la foto de ayer ¿no?
A pasar buena noche .
Buenas noches .
Un beso.
Sin duda que las matemáticas rigen nuestras vidas. Pero no debemos dejarnos acongojar por los números y sus infinitas secuencias. Como en cualquier área de actividad humana, hemos de evadirnos. Un buen restaurante junto a tu pareja es una excelente solución.
Besos.
Buenos dias mi querida amiga, pues si tienes razon, en lo que dices, pero sobre todo disfrutar de las cosas sencillas que antes no las veíamos, un abrazo.
Yo es que tengo los dos extremos, aunque también está el punto intermedio que es lo ideal. Hay veces que no estoy tan cuadriculada, y otras parece que lo tengo que contar todo, apuntar todo, o lo que sea... Tdo depende del estado de ánimo, el grado de ansiedad o estrés que tenga en el momento.
Siempre he pensado que la gente que es tan maníatica de los números, en cierto modo es un síntoma de querer tenerlo todo bajo control porque o quizás es una persona que tiene mala memoria y necesita controlar todo eso, o es alguien que es un ansioso o un estresado constante. Cosa que a la larga, es muy malo para la salud.
Hay que tomarse la vida con algo más de calma. Algunas veces nos cuesta, y en situaciones como la que estamos viviendo... más todavía.
Yo ya os lo he dicho, yo no he dejado nunca de salir ni de distraerme. Por supuesto que el virus me ha preocupado como a todo el mundo, pero es que si no echo esos ratitos y me distraigo... yo creo que estaría mucho más desquiciada.
A mí es que se me contagia antes da ansiedad por el virus, que el virus en sí, entonces... tengo que "obligarme a no prestarle tanta atención". Se la presto, claro, porque es un peligro y soy consciente de ello, y por supuestísimo, siempre he salido tomando mis precauciones y cumpliendo las normas. Siempre con mi mascarilla y todas esas cosas.
El microrrelato desde luego yo lo interpreto como eso, refleja un poco el estrés que llevamos hoy en día para todas partes. El punto intermedio siempre es lo mejor. Se puede echar uno encima muchas tareas, pero hasta cierto punto. Porque si no, una acaba con la cabeza pues más o menos como el microrrelato jaja
El restaurante desde luego parece la mar de agradable. Muy bonito. Y no, no voy a contar nada. De hecho yo las fotos soy de mirarlas así de un modo más general... a veces puedo observarlas de manera más calmada, pero normalmente no lo hago. Y menos los días que estoy liada xD
mandarina1981Hoy a las 10:07
Joaki-007Hoy a las 06:31
astur_82Hoy a las 00:05
eliocroca2Ayer a las 22:12
larocukyAyer a las 17:49
