Que nuestro estado emocional o mental afecta a nuestro bienestar es algo indudable. No en vano, el estrés relacionado con el trabajo es considerado en la actualidad una de las principales causas de incapacidad laboral. Mente y cuerpo parecen indisolubles, aunque en ocasiones hagamos esa dicotomía.
El más conocido es el efecto placebo. El entorno más común es el de los ensayos clínicos con fármacos, donde se administra un placebo (una pastilla sin el principio activo) al grupo control, y se observa sin embargo un efecto de la intervención. En realidad, aunque se llama placebo a la sustancia, realmente lo es la administración de esa sustancia dentro de un conjunto de estímulos sensoriales y sociales que le indican al paciente que está recibiendo un tratatiento beneficioso.
Pero también existe el efecto contrario, adverso y dañino, el efecto nocebo. Una simple sugerencia verbal puede desencadenar el efecto nocebo de un tratamiento. Por otro lado, el bombardeo de información en medios de comunicación, internet y experiencias personales de otras personas puede desencadenar efectos nocebo.
(Ángel Durantez)
El cerebro es uno de los grandes misterios a los que la ciencia no ha podido acceder por completo. Que nuestro estado emocional o mental, la información que recibimos y nuestros prejuicios afectan a nuestro bienestar, es algo que todos sentimos e intuimos. Cuantas veces nos ha ocurrido a todos que al leer informaciones de enfermedades ese dolorcillo que sentimos se ha acentuado, esa persona a la que acabamos de encontrar y nos dice que tenemos aspecto cansado ya es suficiente para ponernos en alerta e interpretar mal nuestras dolecias.
Lo del efecto placebo es algo que se escucha mucho estos días por culpa de las vacunas que están probando. A algunos les inocularon un placebo para discernir mejor el efecto secundario. Pero en la vida cotidiana pasa mucho. Si una persona se toma un falso medicamneto convencido de que le va a hacer efecto, a veces es un remedio terapeutico, pues se acaba sintiendo mejor. Es como una capacidad que tuviéramos de curarnos a nosotros mismos. Curioso.
Si piensas que rodeado de naturaleza respiras mejor y se te curan todos los males, adelante. No será placebo pero se le parece mucho.
Besos.
Buenas noches .
Pues si , rodeados de naturaleza uno se encuentra mejor , yo desde luego me encuentro mejor que en una playa , con calor y rodeado de arena y de gente .
Pasear por un sitio como el de tu foto, pues es un placer .
Naturaleza pura y dura .
Y bien cierto és que si te tomas un medicamento pensando que es el que te vá bien , aunque no sirva para nada , seguro que te ira bien .Eso lo tengo yo demostrado.
Eso que te digan cuando encuentras a alguien .." que mala cara tienes" o "que palido estas" ...eso es un tiro total para la persona .
y es que la cabeza rueda y rueda ...
Se terminó el fin de semana y vuelta a la normalidad ..aqui en Catalunya por ejemplo mañana ya nos podremos mover ,sin salir de Catalunya claro y con todo medio cerrado..
Un beso.
Creo yo que el efecto placebo, de indudables consecuencias positivas, no es exclusivo del ámbito físico (dolencias, molestias...), sino también emocional. Y estoy convencido también de que el bienestar que proporciona una terapia psicológica puede tener mucho que ver con el efecto placebo. Una palabra, un consejo o revelar algún condicionamiento nocivo oculto pueden desencadenar la autoconfianza y el equilibrio emocional.
Todo un reto para la ciencia. Los investigadores suelen usar placebos siguiendo el método "de doble ciego": unos pacientes reciben el medicamento auténtico, mientras que a otros se les da un placebo. Ninguno de los grupos sabrá si su tratamiento es real o falso. Y después se comparan los resultados de ambos.
También la cultura y el pensamiento dominante pueden influir en este tipo de efectos.
Que tengas buen inicio de semana. Saludos.
Joaki-007Hoy a las 12:30
mandarina1981Hoy a las 07:52
astur_82Ayer a las 23:07
eliocroca2Ayer a las 22:03
angela.69Ayer a las 18:53
