EL CARIÑO Y LA FELICIDAD

Dice la RAE que el cariño es “la inclinación de amor o buen afecto que se siente hacia alguien o algo”. Se trata de un profundo lazo afectivo que puede manifestarse de muy diferentes formas y en muy diferentes grados: un amigo que está a nuestro lado en los buenos y malos momentos, los cuidados de una madre hacia su bebé, la entrega de una pareja...

Una de sus principales características es que se trata de un elemento de carácter social y que, por tanto, no solo depende de uno mismo, sino que está ligado a la relación que tenemos con esa persona o ser. Porque, ¿de qué depende el cariño que sentimos hacia alguien? Los expertos señalan que aunque muchas veces el ser humano da afecto sin esperar nada a cambio cuando no hay una reciprocidad es difícil que exista un estímulo psicológico que refuerce esta conducta. Ese cariño irá perdiendo fuerza para volcarse en otras personas o seres en los que sí encontramos esa afinidad afectiva. Son muchos los beneficios que aporta a las personas el poder dar y recibir cariño. De hecho, diversos estudios han concluido que es una necesidad básica para el ser humano desde el mismo momento en el que nace, tan importante como el comer o el respirar: una ausencia de cariño durante la infancia puede provocar efectos negativos mientras que una persona que lo recibe tiene el camino abierto para convertirse en un adulto sano, feliz, empático y pacífico.

(Nani Cores)

Es bien cierto que una de las causas para que una persona sea feliz es el cariño, no forzosamente el amor. Como se define más arriba, el cariño es sentir afecto hacia alguien o algo. Y además está claro de que se trata de algo social y depende de la relación que se tiene con el objeto de nuestro cariño y es que, cuando se ofrece cariño, el ser humano siempre está a la espera de recibirlo. Cuando no es así va perdiendo fuerza  y se acaba enfriando, es lo que llamaríamos desapego.

El cariño es tan importante como el comer y el respirar y a cualquier edad.  El contacto físico y el afecto recibido durante los primeros años marcan de una manera fundamental el posterior desarrollo del niño en su vida adulta y esta necesidad de afecto se refuerza sobre todo en la adolescencia. Y cuando se es mayor, que van disminuyendo las capacidades físicas y mentales, las muestras de cariño resultan fundamentales para sentirse querido, evitar la soledad y la depresión.

Hoy, día del padre, felicito a todos los padres y a quienes tienen la suerte de tenerlo aún. A los que no, un recuerdo para ellos, rememorando las muestras de cariño que nos dieron y les dimos. Nunca se van los que permanecen en nuestro corazón. Va por ti, papá. En este día y en una naturaleza ya primaveral mi recuerdo permance intacto.

Besos.