EL CASTILLO DE DISNEY

Si hay una estructura que destaca en el parque de atracciones de Disney de París ese es el castillo de la Bella Durmiente. Este espectacular edificio abrió sus puertas en 1992 y, desde entonces, es el corazón de este rincón temático parisino. Como si de un monumento histórico se tratase, la remodelación se ha llevado a cabo por reconocidos expertos franceses. El resultado es una joya arquitectónica plagada de exquisitos detalles que brilla, cada noche, con el espectáculo Disney Illuminations. Para crear este mágico castillo se incluyeron, como era de esperar, numerosas referencias al país que lo acoge. En primer lugar, los jardines geométricos que lo rodean están inspirados en los tapices de ‘La Dama y el Unicornio’, un conjunto de obras que están expuestas en el Musée de Cluny y que fueron tejidas alrededor del año 1500. Los tapices representan los cinco sentidos sobre un fondo rojo en el que destaca una abundante flora con naranjos, pinos, acebos, robles y diferentes flores.

La estructura en sí es una combinación entre la silueta del Mont-Saint-Michel, una majestuosa abadía convertida en fortaleza situada en un promontorio rocoso rodeado de una bahía –escenario de las mayores mareas de Europa–, y las ilustraciones de Très Riches Heures du Duc de Berry (las muy ricas horas del Duque de Berry), uno de los manuscritos ilustrados de la Edad Media más famosos del mundo con un altísimo nivel de detalle y decoración.

(Rocío Jiménez)

Si hay un lugar mágico para los niños y no tan niños es Disneyland Paris y sobre todo en Navidad. Es una pena que la pandemia esté echando abajo tantos viajes a lugares como éste. Es precioso, alegre, con una Navidad con inequívoco acento americano, las cosas como son. Pero la fantasía y la alegría lo impregna todo a pesar del mal tiempo que siempre hace allí, incluso en verano, llueve y el tiempo es desapacible, pero todo se compensa con la ilusión con la que disfruta de cada ambiente. Este año que se van a cumplir el 30 aniversario están aprovechando para remodelar y arreglar zonas y partes que ya han sufrido un desgaste de lo más lógico. Una de las veces en las que nosotros estuvimos allí coincidió con el 15 aniversario, y de esa visita son las fotos que pongo. 

El Castillo de la Bella Durmiente es el centro de todo y se ve desde cualquier parte y tal y como se explica en el texto está hecho a imagen y semejanza de lugares y monumentos icónicos del país que la acoge, la Dulce Francia. Recuerda la estética del Mont Saint- Michel y el castillo de Chambord. Los pilares retorcidos en forma de árbol del interior están inspirados en los que sostienen el deambulatorio de la iglesia de Saint-Séverin en París. Todo tiene su porqué.

Ya vendrán tiempos mejores y todo volverá a recuperar esa magia, con el castillo resplandeciente y lleno de detalles en cada rinconcito.

Besos.