FELIZ NAVIDAD 2

De todas las antiguas fiestas, la de Navidad es, con mucho, la que nos despierta las asociaciones mentales más fuertes y sinceras. Hay un sentimiento de naturaleza solemne y sagrada que se funde con nuestra cordialidad, elevando el espíritu a un estado de gozo sublime y beatífico. En medio del llamamiento general a la felicidad, el bullicio de los espíritus y el despertar de los afectos, típicos de este periodo, ¿qué pecho puede permanecer insensible? Esta es, de hecho, la estación de los sentimientos regenerados: la ocasión para prender, no sólo el fuego de la hospitalidad en el hogar, también la afectuosa llama de la caridad en el corazón.

 Mas despojada como está, sin embargo, de sus honores antiguos y festivos, la Navidad es todavía un período de deliciosa emoción en Inglaterra. Estimula ver tan excitado ese amor al hogar y la vida en familia, que parece ocupa un lugar privilegiado en cada pecho inglés. Los preparativos que en todas partes se hacen para el gran acontecimiento social, que ha de reunir a los amigos y parientes; los presentes navideños -esas muestras de afecto y consideración, que inspiran amables sentimientos- cambiando de manos; las ramas de abeto expuestas en casas e iglesias, como emblemas de paz y alegría... todo ello tiene un notable efecto sobre los ánimos, provocando asociaciones de ideas cordiales y estimulando benevolentes simpatías.

(Washington Irving)

Para los detractores de la Navidad, que los hay, para los que no soportan las reuniones familiares y el consumismo llevado a extremos exagerados, aquí aparecen las opiniones del gran escritor y viajero en las que hace una encendida defensa. No se refiere a cuestiones de tipo religioso sino a todo lo que genera de "buen rollismo", al menos en las culturas anglosajonas.

Este espíritu de la Navidad, es cierto que lo tienen más acentúado que los pueblos mediterráneos, aunque no sé cuál es el motivo, y además es el modelo que estamos importando de ellos, eso es evidente. De acuerdo que hay todo un año para las muestras de afecto, para los buenos sentimientos, pero nunca están de más.

Nosotros les ganamos en algo muy propio, los Nacimientos, Belenes o Pesebres. Los hay grandiosos, sofisticados, valiosos y muy artísticos, pero también sencillos y pequeños. Como el que os enseño hoy, es como una cajita que cabe en la palma de mi mano, con dos puertas que se abren y se cierran, escondiendo esta monada de Portal. Para compensar con el enorme que tenemos en casa, este es algo pequeñito, algo chiquitito...

Besos y muy Feliz Navidad a todos.