IGNORANDO

Decía Winston Churchill que nadie puede llegar a su destino si se pasa el día tirando piedras a cada perro que le ladra. En ocasiones, ignorar es una forma muy acertada de actuar con inteligencia, de dejar a un lado lo que no merece la pena.

Ahora bien… ¿qué es en realidad aquello que “no merece la pena”? Eso es algo que cada uno de nosotros debemos valorar, porque cada situación personal es única. Para unos serán las críticas, las personas negativas y, para otros, lo que no merecerá la pena serán, sin duda, los miedos personales, los pensamientos limitantes. A pesar de que a simple vista pueda parecer sencillo ignorar críticas, comentarios dañinos o poco acertados, en realidad es algo que nos cuesta mucho porque afecta directamente a nuestra autoestima.

Ignorar con inteligencia es también el arte de la valentía personal y de la convicción de que para ser felices, debemos atrevernos a decir “NO”, a romper muros y a dar el paso.

(Mejorconsalud)

Dice el saber popular que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Una gran verdad. Hay personas negativas, situaciones que nos pueden hacer daño y que si luego se relativiza uno se da cuenta de que no eran tan importantes, que nos podemos pasar sin ellas y que además somos más felices.

Estoy totalemente de acuerdo con Churchill, que si nos entretemos en defendernos de ataques de mindunguis, de cuestiones banales, perdemos el tiempo, ese don tan preciado, insustituible y que el dinero no puede comprar. Pero también coincido con la opinión de quien ha escrito el texto en que es muy difícil ignorarlo, que una cosa es decirlo y otra hacerlo. El "constato que no me afecta" es más un autoconvencimineto que una realidad.

A estas alturas de mi vida puedo decir que hay tantas cosas que nos rodean y nos condicionan que no merecen la pena ... tampoco hace falta derribar muros para ser felices, con poner una reja de separación puede bastar. Lo que está del otro lado es nuestro paraíso particular, el que nosotros nos hemos forjado.

Besos.