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Dicen que no hay quien pueda escapar de la vigilancia constante. Muchas personas creen que esta teoría es, a día de hoy, una realidad, acrecentada en los últimos tiempos por el miedo al coronavirus, que nos lleva a requerir un control constante para que nadie se salte las normas, en pos de la seguridad colectiva. Esto se traduce en cámaras de vigilancia por todas partes y, por supuesto, un teléfono móvil del que no nos separamos y gracias al cual se puede saber perfectamente dónde estamos en todo momento. No hemos tenido otro remedio que aprender a relacionarnos con las nuevas tecnologías, hemos tenido que adaptarnos al teletrabajo, las clases online, las consultas médicas online…
Nuestro interés por observar parece nacer de un deseo de intercambiar información sobre quiénes somos a través de las historias que contamos sobre nosotros mismos. En tiempos del covid, esta necesidad de intercambio parece haber aumentado, nuestro deseo de consumir todo tipo de información refleja en parte nuestra reducida vida diaria. El aumento social, fruto de la pandemia, nos ha convertido en seres más curiosos, interesados por la vida de quienes nos rodean. Además es un placebo y un escapismo a las cuatro paredes de nuestra habitación.
(A. C. y V.)
Al cumplirse hoy el fatídico aniversario del día en que nos confinamos entre las cuatro paredes de nuestras casas, la televisión y los periódicos han dado buena cuenta del comportamiento que hemos tenido y cómo lo que fue obligado ha cambiado nuestras vidas para siempre. Nos tuvimos que adaptar a nuevas "normas" como el teletrabajo y todo lo on line haciendo de la necesidad virtud. Y muchas personas sufrieron un síndrome de soledad que va a pasar factura si no lo está haciendo ya. La solución para poder comunicarse con los demás fueron las redes sociales donde intercambiamos información, apoyo y consuelo.
Lo que en principio fue una solución positiva se convirtió en algun caso, como se dice en el texto, en una sensación de vigilancia constante de lo que hacían los demás por si se les ocurría incumplir las reglas. No faltaba gente que desde los balcones echaba broncas a quienes salían sin saber el motivo por lo que lo hacían. Nos sentimos vigilados, grabados e incluso espiados. Eso sí, "por nuestro bien". Esperemos que algun día podamos recuperar ese bien tan preciado al que no le dábamos importancia: nuestra libertad.
Besos.
Yo he llevado bastante mal el confinamiento ya desde el principio, y ahora no consigo librarme de sus secuelas. La verdad es que nunca se me ha caído la casa encima, y puedo pasar tres o cuatro días seguidos sin salir, pero no soporto la sensación de estar en una especie de arresto domiciliario, sin casi ninguna libertad y limitándome prácticamente a subsistir. Creo que tendrá que pasar mucho tiempo para que todo esto quede como un mal sueño.
Bona nit -
Las redes sociales , el movil, las videollamadas, quizas nos parezcan un poco que nos están vigilando o que incluso estamos vigilando ,y seguramente hay un tanto de verdad .
Pero yo , ahora que hemos pasado ya un año de este desastre , con meses confinados y otros sin casi poder hacer nada , pienso,que si todo esto que nos ha pasado, que nos está pasando y seguramente nos pasará aun bastante tiempo, que seria de nosotros sin redes sociales y sin poder vernos aunque sea con de los moviles o ordenadores...?
Pues muchísimo mas duro desde luego.
Pues si ,la verdad es que en Sant Feliu hay muchos parques .4 muy grandes y como 6 o 7 mas pequeños .Torreblanca por ejemplo es una gozada , grande y muy completo y ademas como creo que sabes , abarca Sant Feliu y 3 pueblos mas con entradas por distintos sitios .
Esperemos que este "invierno" que dicen que nos viene para el fin de semana , no sea tan duro como dicen.
Un beso y buenas noches .
Por cierto ..que cielo tan bonito..vaya vista ...
Sin duda que todo esto nos ha cambiado la vida. Ha terminado con las relaciones personales, con la asistencia a espectáculos, con la posibilidad de viajar. Nos ha encerrado en nuestras casas, como bien se dice, pendiente de los teléfonos móviles para, al menos, tener noticias de los nuestros. Sales a la calle y encuentras un alto porcentaje de comercios y negocios cerrados ....
A ver si cuando los programas de vacunación avancen, empezamos a recuperar un poco la normalidad. Aunque ciertamente nada volverá a ser igual, especialmente para los que vamos cumpliendo años.
Saludos.
Información, apoyo, consuelo y chistes y bromitas, que yo creo que he recibido más de esto último que de los tres primeros.
Yo esa privación de la libertad la verdad es que la sentí dos semanas. Las que tardaron en llamarme para trabajar. Es verdad que solo iba al trabajo y luego vida social no tenía, pero al menos salía de casa y tenía una ocupación.
Y luego, pues quitando el tema mascarilla, gel y demás, más o menos he seguido haciendo mi vida normal.
También digo que no son nuestros vecinos los que nos tienen que vigilar y juzgar. Bien es cierto que la colaboración ciudadana se agradece, pero el que juzga seguramente tampoco hará al 100 % todo lo que se debe. Así que...
Y sí, un año ya... parece mentira. Con o sin coronavirus, la verdad es que el tiempo sigue pasando, y bastante rápido, la verdad. No he notado ninguna relentización.
Ralentización xD... bueno sí, pero sólo en momentos puntuales.
Joaki-007Hoy a las 15:23
corremundosHoy a las 12:54
eliocroca2Ayer a las 22:12
angela.70Ayer a las 14:23
larocuky18/06/2025