Cuando estuve en París hace un mes, quería volver a los jardines de Luxemburgo para saber si las sillas continuaban en los alrededores de la fuente. Era una idea que me obsesionaba.
Allí estaban las sillas, de un color verde desvaído, desordenadas en torno a la fuente, como si el tiempo se hubiera detenido. Esas sillas han sido mudo testigo de la historia de la ciudad y de las confidencias, las miserias y las alegrías de tres o cuatro generaciones de parisinos. Al parecer ya estaban allí cuando las tropas nazis desfilaron por los Campos Elíseos en junio de 1940. Todo cambia, todo se desvanece menos esas sillas que siguen guardando nuestros recuerdos y los sueños de unos días en los que París era un fiesta.
Las cosas tienen alma, aunque sólo sea porque son capaces de reflejar nuestros sentimientos y captar nuestros estados de ánimo. Cuando desaparecen, nosotros morimos con ellas. Nada mide mejor el tiempo que nuestra relación con los objetos cotidianos. No somos más que la taza de café con la que desayunamos todos los días.
(Pedro G. Cuartango)
Claro que las cosas siguen allí, donde las dejamos, por muchos años que hayan pasado. Tendemos a pensar que cuando dejamos de ver y frecuentar sitios y personas todo cambia sin nuestra presencia. En nuestra vanidad, creemos que todo se transforma sin darnos cuenta de que somos nosotros los cambiamos.
Hace unos años ya, creo que siete, desde que hice esta foto en París, de unas sillas verdes desvaídas y algunas desconchadas, no en el Luxerburgo sino en el estanque de las Tullerías. Seguro que sigue igual y que cuado regrese otra vez, seguirán tal cual, desordenadas y mirando cómo los niños hacen navegar sus barquitos de juguete en la superficie del agua.
Todo será idéntico porque los que cambiamos somos las personas, como decía el poeta: "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos..." ¿O sí?
Besos.
La de recuerdos que me ha traído tu actualización ¡¡
A mí me gustó muchísimo esos jardines de Luxemburgo, y tengo pendiente Versalles.
Pero es algo que siempre ocurre en mis viajes, siempre me dejo algo pendiente..... para volver, como si así ya tuviera una excusa para hacerlo. Complicado de entender...
No sé si hoy, y por una vez, no estoy de acuerdo con lo que dices que creemos que todo cambia sin nuestra presencia, yo siempre espero que determinados lugares no cambien en absoluto, pero ocurre que a veces no es así, y cuando lo reescubro me doy cuenta de que no era como imaginaba, aunque siga igual...
Difícil de explicar....
Besos de martes.
Claro que todo cambia, las cosas, los lugares, el tiempo vivido en cada instante... Pero hay algo que, creo yo, ayuda a sobrellevarlo: aunque nosotros también cambiemos, esas cosas, el pasado, permanece en nuestro recuerdo tal como fue en su momento, y el ser humano no vive sólo de presente que se abre a un futuro incierto; también es historia, y la historia sigue ahí aunque los años la hayan ido desdibujando. Si no fuera por los recuerdos, por el pasado, muchas experiencias presentes perderían gran parte de su valor.
¡Hola!
Es cierto que las cosas, aunque en si mismo no tienen alma, guardan el alma de nuestros recuerdos. Por eso nos entristece cuando algún (mal) político hace desaparecer de nuestras calles y plazas esos elementos que forman parte de nuestra existencia.
ojalá cuando regreses encuentres esas sillas "tal cual, desordenadas y mirando cómo los niños hacen navegar sus barquitos de juguete en la superficie del agua". Entonces sabrás que no fue un sueño y que la vida se hace real a través de todos esos elementos.
Besos.
Buenas tardes:
Una preciosa actualización que me está llegando al alma por varios motivos. Porque París fue el último viaje que hice con la persona más importante de mi vida....y que acaba de irse para siempre. Volveré,claro, vuelvo cada cierto tiempo pero ya nada será igual dentro de mí. Las sillas sí,doy fe de que siguen exactamente tal y como las describes: verdes, descolocadas, como en una desidia, quizás rebeldía,ante el orden establecido. De hecho, también me llamaron la atención, también se vinieron en mi cámara y serán motivo de mi próxima entrada, que te dedicaré si me lo permites.
Gracias por tus palabras cálidas y cariñosas en mi espacio. Que tengas un feliz fin de martes. Besos.
Bona tarda.Buenas tardes.
Yo creo que muchas cosas si cambian aparte de nosotros que igual , al volver a un sitio ya visitado, lo podemos ver de otra forma .
Pero cambiar cambian .
Mi padre pobre , queria antes de morir, visitar o ver la casa donde habia nacido o habia vivido toda su infancia , en un pueblo de Leon.Tambien mi madre queria ver cosas de Asturias...fuimos a un viaje con ellos , son el coche , una semana y media ...y todo estaba cambiado...no vieron nada de lo que recordaban ...que desastre.
En fin , las cosas pueden cambiar pero como dice Eliocroca2 : el pasado, permanece en nuestro recuerdo tal como fue en su momento," ..."
Besos .
Pues yo creo que algunas cosas sí que cambian a la par que cambiamos nosotros, aunque desde luego, somos nosotros en la mayoría de las ocasiones los que hacemos que esas cosas cambien... al ser humano en general me refiero, no a una persona en concreto.
Cuántas veces habré vuelto a un sitio y ya no es como era, hay modificaciones significativas... en otros casos no, claro.
Pero sí, nosotros cambiamos y mucho, y ya no sólo físicamente, si no nuestra perspectiva a la hora de pensar o ver las cosas.
Joaki-007Hoy a las 12:30
mandarina1981Hoy a las 07:52
astur_82Ayer a las 23:07
eliocroca2Ayer a las 22:03
angela.69Ayer a las 18:53
