La expresión lengua de madera, que en algunos casos se emplea también en español, es un calco de la francesa langue de bois, muy extendida en el lenguaje político de ese país, en que se le han dedicado numerosos estudios. Se puede definir como un conjunto de procedimientos que, mediante el uso de artificios, intentan disimular el pensamiento de quien la utiliza para así influir mejor y controlar el pensamiento de los demás. Convencional, prefabricado, desconectado de la realidad, este discurso reconstruye lo real repitiendo incansablemente las mismas palabras y fórmulas estereotipadas, los mismos lugares comunes, los mismos términos abstractos. No hay en él información verificable ni argumento susceptible de ser contradicho, sino aserciones retóricas, falsas evidencias, omisiones voluntarias, eufemismos continuos, metáforas gastadas, comparaciones vagas y tautologías; se recurre continuamente a la voz pasiva que oculta cualquier responsabilidad individual, se trufa con neologismos y expresiones aparentemente sabias que impresionen. La lengua de madera cuenta con recursos inagotables para ocultar fingiendo que muestra, para eludir dando la impresión de que afronta los problemas, para intoxicar con falsas verdades, para manipular al otro halagando su razón.
(Wikipedia)
Si hay algún estamento en el que se emplea constantemente este tipo de lenguaje es en el de los economistas, que se revisten de una jerga especial para hablar mucho sin decir nada. Pero los políticos en general no les van a la zaga. La emplean y la dominan. Cuántos discursos, cuántas entrevistas estamos escuchando estos días en las que se repiten las mismas frases, las mismas fórmulas vacías de contenido, tan abstractas que valen para afirmar una cosa y la contraria.
Se incide en estereotipos y se dejan de decir adrede cosas que pudieran comprometer. Aparecen palabras nuevas, giros muy sesudos para después no acabar diciendo nada. Por más que los periodistas se empleen a fondo no les sacan afirmaciones precisas y concretas. Y si es así, maldita hemeroteca, que se lo recordará después.
Palabras, palabras, palabras...
Parole, parole, parole... https://www.youtube.com/watch?v=U9jTs8WdgOQ
De madera, las ramas de los árboles un tanto peladas.
Besos.
Pues todo esto me recuerda un pasaje de Hamlet en que el príncipe está leyendo un libro, y Polonio le pregunta: "¿Qué leéis, señor?"; a lo que Hamlet contesta: "Palabras, palabras, palabras...". No sé si el danés tendría lengua de madera, pero sí una retranca como pocas.
Muy cierta esta reflexión.
Bon dia -Buenos dias -
No has podido ,tambien hoy, escoger mejor canción... esas palabras que ,dia a dia , nos machacan,nos invaden y nos ,al menos a mi , molestan ya , de nuestros sobre todo politicos , que dicen mucho pero no dicen nada .
Ah..si..para insultarse y desprestigiar al contrario, eso si que lo dicen claro..
Tanta reunión, tantos debates y tanta monserga para , seguir, una vez más, tomándonos el pelo...
Y digo yo..las lenguas de madera o palabras de madera no podríamos mandarlas a calentarnos en "La llar de foc" ..?
A pasar buen martes .
Uf yo últimamente al poner la tele, si dan política la apago. Estoy cansada de tantas tonterías, nos toman el pelo, dan asco, así de claro.
En fin...
Besotes de martes :)
Y no hace falta que sea en el ámbito de la economía o la política. El jefe de estudios de mi instituto habla exactamente así: muchas palabras para no decir nada... y cuando dice algo que intenta ser instructivo, se explica como un libro cerrado y no hay quien lo entienda.
Las palabras son demasiado peligrosas para utilizarlas a la ligera...
Me encanta el enfoque de tu foto.
Besos, madrina.
astur_82Ayer a las 23:00
eliocroca2Ayer a las 22:05
gkaneAyer a las 20:48
Joaki-007Ayer a las 19:00
mandarina1981Ayer a las 07:52
