LLEGADA DEL VERANO

Este momento tan especial ha sido celebrado por muchas culturas en todo el mundo con el paso de los siglos, particularmente por las tribus nativas de América. Por ejemplo, la cultura inca celebraba el solsticio de verano con una ceremonia, llamada Inti Raymi, que incluía sacrificios diversos y ofrendas de alimentos. En Guatemala también se encontraron restos de un observatorio de una ciudad maya, en la que los edificios estaban diseñados de forma que se alineaban perfectamente con el sol durante los solsticios. En la Antigua Grecia, el solsticio conmemoraba la Edad Dorada de Kronos, un día en el que todos los ciudadanos tenían que trabajar como iguales, y se celebraba la noche más corta del año en el Monte Olimpo, donde se disfrutaba del amanecer. 

El más famoso, sin embargo, es el monumento de Stonehenge (Reino Unido), en el que miles de personas se reúnen durante los solsticios en un festival de música y baile que celebra el cambio de estación. Duendes, hadas y todo tipo de seres mágicos rodean el folclore de zonas como Irlanda o Escocia, donde se celebran multitud de fiestas paganas para conmemorar el solsticio. 

(Judith del Río)

Aunque el día que hemos tenido hoy, al menos por mi tierra, ha sido completamente otoñal, con frío, viento y lluvia, hoy ha entrado oficialmente el verano, y con la noche de San Juan que será esta semana, tendremos el día más largo y la noche más corta del año. Es lo que se llama el solticio de verano, algo mágico que en muchos lugares y civilizaciones forma parte de rituales y celebraciones varias.

Lo de Grecia en el Monte Olimpo debe ser algo inaudito, quedarse allí viendo amanecer, como en las pirámides  aztecas entre la noche y el día dependiendo de qué lado se mire. Pero lo de  Stonehenge es algo que me hubiera gustado muchísimo ver al menos una vez en la vida, como tantas otras cosas que se van dejando y luego se pasó ya el momento. Así que lo viviremos en casa alrededor de una vela. Entonces, se escriben pensamientos o temores que quieras dejar en el pasado, para posteriormente quemarlo y ‘liberarte’ de ello. A ver si es posible.

No es Stonehenge, es la parte de arriba de un árbol del parque pero me gustó el efecto de esas nubecillas que parecían haberse escapado del propio árbol.

Besos