MIRANDO NUBES

"Mi madre fue muy imaginativa y con una cierta visión del mundo. No era una gente culta pero era incurablemente romántica y me inició en las novelas de viajes. (...) Mi madre leía mala literatura, no era culta pero su imaginación me abría otras puertas. Teníamos un juego: Mirar el cielo y buscar la forma de las nubes e inventar grandes historias. Esto ocurría en Banfield. Mis amigos no tenían esa suerte. No tenían madres que mirasen las nubes" 

(JULIO CORTÁZAR, hablando de su madre Maria Herminia Descotte)

Mira las las nubes

como nosotros,

pensativas, gigantes, monumentales,

tumultuosas, solitarias, figurativas;

incólumes, tormentosas,

pequeñas como copitos

y como a muchos,

a todas... A todas

las trae y se las lleva el viento.

(R. S.)

Hoy traigo dos textos sobre mirar e interpretar las nubes. Unas líneas de Julio Cortázar en las que alaba la imaginación de su madre que tras observar la forma de las nubes inventaba historias y un fragmento de un poema que ofrece un listado de adjetivos atribuidos a las nubes, todo un repertorio que las acerca al ser humano y que, como a nosotros, la vida nos lleva a veces por caminos diferentes a los trazados,  como el viento se lleva las nubes a su antojo.

Las de la foto, de hace una semana, son una especie de techo adornado sobre nuestras cabezas, marcando el camino de la carretera. Nubes esponjosas, de algodón casi, figurativas y casi simétricas, Un pintor no las habría ejecutado mejor. Cada uno que especule, como hicieron Hamlet y Polonio:

– Hamlet: “¿Veis aquella nube cuya forma es semejante a un camello?”
– Polonio: “Santo cielo, y sí que parece un camello, realmente”.
– Hamlet: “Yo creo que parece una comadreja”.
– Polonio: “Bien mirado tiene el dorso de una comadreja”.
– Hamlet: “¿O de una ballena?”
– Polonio: “Exacto, de una ballena”.

Besos.