QUÉ VERGÜENZA

La vergüenza es muda porque conecta con ese yo secreto (producto de la evaluación negativa de uno mismo) que no queremos exponer a la mirada de nadie. Confesarlo ante el otro es entregarnos a su poder de juzgarnos. Para criticarte sin piedad, ya está ella, la vergüenza que te dice que no vas a poder enfrentarte a esa situación que te preocupa porque tú vales poco para esas cosas y -añade- los demás no van a aceptar a alguien que hace las cosas tan mal.

Es la emoción que produce ese dolor en el estómago cuando percibes (o crees percibir) clavada la mirada de rechazo de alguien o las risitas anónimas que no ves pero que notas mientras te preguntas: "¿Qué tengo yo de malo?". Finalmente, es la que quiere hacerte desaparecer ante un error que alguien más ha observado y al que tu vergüenza llama hacer el ridículo más espantoso. Está considerada como una de las emociones más dolorosas que puede experimentar el ser humano porque produce heridas que amenazan directamente la imagen de uno mismo.

(Isabel Serrano)

Parece ser que, según dicen los psicólogos, la vergüenza es una emoción de las más dolorosas que los seres humanos podemos sentir en momentos determinados, unos, y ya de una manera patológica, otros, en todas las situaciones. Los síntomas se pueden a veces confundir con malestar físico, como por ejemplo un dolor de estómago que hace que esa sensación de rechazo se somatice concretamente en esa parte del cuerpo.

Pero, no nos preocupemos, estos casos son los menos, a juzgar por la cantidad de personas que no tienen vergüenza, que no es lo mismo que ser un sinvergüenza. Así que en ese aspecto, tranquilos.

Tampoco es cuestión de subirnos por los tejados, como el que se puede ver desde esta ventana, el de la Iglesia de San Jacinto, en Triana.

Besos.