RUIDOS EXTRAÑOS

Un aspecto de nuestras casas que también suele producir miedo son los ruidos fuertes y secos que se escuchan de vez en cuando y que siempre vienen de otro lado de la casa. Esto nos suele asustar y a veces pensamos irracionalmente que hay alguien, y si no es alguien, algún ser que hace crujir el parqué o toca algo de las estanterías. Este curioso fenómeno se da especialmente en los meses de otoño y primavera ¿Qué los produce?

Todos los materiales, en mayor o menor medida, sufren una dilatación cuando sube la temperatura y una contracción cuando baja. Cuando se produce un cambio de temperatura importante en poco tiempo, el contacto entre las distintas partes de las cosas que tenemos en casa puede producir este tipo de sonido. Es un ruido seco, pero fuerte. Cuando subimos la persiana y entra el sol de repente, podemos prestar atención y lo escucharemos. Y no solo la temperatura provoca estos cambios. También la humedad. Los suelos de muchas casas están cubiertos de parqué. La madera no solo se expande o contrae dependiendo de la temperatura, sino también de la humedad. Cuando la humedad es más alta, se expande. Para evitar que el suelo se levante por culpa de estas diferencias de tamaño, debajo de los zócalos se deja un espacio sin parqué antes de llegar a la pared que actúa a modo de junta de dilatación.

(Marc Redondo)

Si una noche te desvelas es más que probable que escuches ruidos extraños en la casa y si dejas volar la imaginación, cualquier fenómeno paranormal puede ser el causante. Pues no es así. La respuesta es más sencilla y terrenal. La culpa es del tiempo. A veces le echamos la culpa al tiempo de cuando nos duele algo o tenemos alguna molestia física, parece ser que a las casas les ocurre lo mismo. Lo dejan muy clarito en estas líneas. Los cambios de temperatura y la humedad hacen que el suelo y algunos muebles crujan al contraerse o expandirse la madera. Tan sencillo como eso.

Ya sé que es más novelesca la otra explicación, aunque quién sabe, nunca se puede afirmar categóricamente que no haya algún ente sobrenatural que los propicie, o para divertirse o avisarnos de algo. Y claro, en la habitación de un Castillo, esta hipótesis no es tan descabellada. ¿o sí?

Besos.