Hace semanas, tomé clases de moto para sacarme el carné. La cosa funciona así: un profesor de autoescuela te sigue en coche y te va dando instrucciones a través de un sistema de comunicación. Se le pueden encontrar metáforas a la situación. Nada como la moto potencia tanto la noción de libertad y de individualismo, y la vocecita del instructor, centinela omnisciente como Dios, parece la última conexión con alguna forma de gregarismo y acatamiento. Es como circular con el angelito bueno posado sobre el hombro, es como si una fuerza sobrenatural recortara el libre albedrío. Es la ley haciéndose notar en cada ceda el paso. Monta uno en la moto para sentirse jinete fronterizo y resulta que, desde el primer instante, una presencia mágica le recuerda que está en libertad vigilada. Cuántas emancipaciones por las que luchar, incluso a mi edad.
Gira la próxima a la izquierda. Emplea sólo el freno de pedal. No pises la raya en los semáforos. Un poco más rápido que me aburro. Viva el Betis. Así se nos iban las tardes.
(David Gistau)
Esta historia que nos relata Gistau es como una metéfora de nuestra existencia. Hay quien funciona de fábula cuando sigue unas indicaciones precisas y otros prefieren ir a su aire aunque eso les suponga equivocarse posiblemente. Pierden seguridad pero ganan libertad. Los hechos transcurrieron, como él cuenta mas adelante de la siguiente manera: se les averió la conexión y se despistaron. Durante un buen tiempo el motorista se sintió libre pero volvió a ser localizado y todo volvió a la normalidad.
Pasa así cada día cuando nos debatimos entre seguir las normas o saltarlas. A veces es preferible sentirse amparado por lo establecido, tener algo que nos cubra las espaldas, aunque nos sintamos la sombra de alguien. Hay opiniones para todos los gustos. Ya se sabe que tan perjudicial es desdeñar las reglas como ceñirse a ellas con exceso.
La sombra no es libre. Depende de la luz, pero en el caso de la foto el resultado es magnifico. Se trata de la reja de La Salina en Salamanca.
Besos.
Yo siempre he defendido la libertad de acción, por insegura e incómoda que sea. De acuerdo, el riesgo de error es enorme, pero un aspecto de la libertad es precisamente ése, equivocarse si llega el caso, y rectificar. Lo contrario, seguir al pie de la letra reglas fijas y seguras, me produce complejo de robot, bastante incompatible con el espíritu humanista.
Buenas noches .
Creo que depende mucho de la persona .Hay personas que són felices saltandose las normas y ser uno mismo , a su aire...no soportan que nadie les mande ni les guie...
¿Mejor o peor?, pues creo que tambien depende.Quizas esas personas hacen mejor su trabajo que si estuvieran "vigilados"
Los otros son los que , prefieren estar amparados por alguien.Obedecer , en una palabra -Tanto una cosa como la otra ,no es tan facil y hay que valer -
Yo tenia compañeros que, si les dejabas solo no sabian que hacer, no tenian iniciativa ni sabian salir de problemas .
Otros en cambio ,preferian ir a su aire, cumpliendo, eso si , pero sin ataduras...
No se si mas o menos es la idea que nos has planteado hoy...
Besos-
Vaya manera más rara de dar clase :O
saludos
¿Y tenía que ser el Betis? jumm... jaja
Bueno bueno, no sé muy bien qué decir. Yo creo que no está mal tener unas pautas y alguien que te guíe, al menos al principio, y de vez en cuando tener algo de libertad para poder ir a tu aire y sentir esa sensación también está bien, así que no sé, un poquito de cada.
astur_82Ayer a las 23:00
eliocroca2Ayer a las 22:05
gkaneAyer a las 20:48
Joaki-007Ayer a las 19:00
mandarina1981Ayer a las 07:52
