VIAJAR AHORA

No viajamos de la misma forma que lo hacíamos hace cuatro décadas, esto ha evolucionado de la misma manera que lo ha hecho la tecnología y ya nadie recuerda los viajes en coche con la ventanilla bajada mientras se escuchaban los casetes de música.

SE podía fumar en los aviones. De hecho, era tan sencillo como comprar un billete en la zona de fumadores. Sin embargo, al final tuvo que prohibirse porque al ser un lugar tan cerrado el humo acababa perjudicando al resto de pasajeros. Desde finales de 1990 no se puede. Actualmente, lo normal es que vayamos de viajes a lugares cada vez más lejanos y más exóticos, pero antes salir del país era bastante inusual. La razón de esto es que en los 80 el vuelo más barato a Londres podría costar entre 300 y 600 euros (entre 50.000 y 100.00 pesetas por aquel entonces), y eso suponía el sueldo medio del español en ese momento.

Aquellos que tuvieran a su alcance una cámara analógica, tenían que seleccionar muy bien la foto perfecta porque el carrete era de 24 o 36 unidades. Hoy en día, las cámaras de carrete han sido sustituidas por las digitales o por móviles con los que sacar una imagen cortada o borrosa no tiene mayores consecuencias, se borra y se hace una nueva.

(Claudia González)

Ya lo creo que ha cambiado muchísimo la forma de viajar de los años ochenta hasta ahora. Lo de fumar lo recuerdo perfectamente y también lo carísimos que eran los billetes de avión. Por eso para ir al extranjero había que pensárselo dos veces y para quedarse en territorio nacional con los trenes tan lentos había que echar mano de los coches. Los aves ahoran acercan en poco tiempo las ciudades y los vuelos se han abaratado mucho, se sacan los billetes sin salir de casa, se ha "democratizado" este medio de transporte pero también es verdad que el trato se ha abaratado también. Las azafatas eran más amables, te servían comida, te trataban mejor de lo que ahora hacen muchas compañias que se llaman low cost.

Pero en lo que se nota más el cambio es en lo de las fotos. No todo el mundo fotografiaba como hacemos ahora. Había que tener cuidado porsque si salía mal la foto, se perdía una del carrete y el revelado. Ahora todo el mundo retrata todo con móviles que hacen fotos excelentes pero a veces se hacen fotos de bobadas, las cosas como son.

En esta imagen del Claustro de la Abadía del Mont-Saint-Michel, si nos fijamos, todo el mundo tiene el móvil en la mano para inmortalizar el lugar y el momento que desde luego merecía bien la pena.

Besos.