El mundo parecía tan rutinario y la vida empezaba a parecer ordinaria y hasta incómoda.
Los problemas de cada día agobiaban y preocupaban.
El círculo vicioso de la sociedad parecía consumir las ilusiones y los sueños que tenían sentido.
Y de pronto, la vida misma da un giro inesperado y abrupto en todo el mundo.
Pandemia la llamaron todos y la gente se obligó a permanecer en casa.
El miedo a enfermarse y morir se apoderó de la rutina.
El planeta, cual efecto dominó, cambió por completo y la naturaleza agradeció que los seres humanos dejaran su rutina destructiva y permitieran, aunque no por gusto, que los demás seres vivos respiraran nuevamente.
El equilibrio se hacía presente y muchas cosas se dijeron. Verdades y conspiraciones se transmitían de voz en voz mediante el uso de la tecnología existente.
El humano temblaba mientras la naturaleza respiraba y los animales conocían lugares acaparados por la sociedad y el consumismo.
Un cambio de era. Para bien o para mal pero muchos de nosotros agradecíamos lo sucedido.
La angustia y el miedo nos hacía reflexionar y pensar en cambiar para bien, evaluando errores y queriendo dar un giro.
Y perdimos amigos, familiares y conocidos a causa de un virus. Nos deprimimos por la muerte, el aislamiento y la soledad pero . . cuánta falta hacía eso.
Qué sucederá después ? Aún no sabemos, pero la vida seguirá y ojalá, el cambio de era logre un avance en la conciencia global, por el bien de nuestro planeta.