El sendero de la vida

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A veces parece un camino interminable y difícil, pero en realidad es tan fácil o complicado como nosotros lo queramos ver.

Cuando tenía 15 años pensaba que las cosas me costarían mucho trabajo. Me angustiaba el fracaso y la responsabilidad. (Curioso, la soledad era una excelente compañera, ja. La conocí y nos hicimos muy buenos amigos. Quizá por eso no me asustaba tenerla cerca).

Esto me hizo avanzar un gran paso en mi vida.
Tenerme a mi mismo, enfrentar mis defectos, aceptarme como era (aunque no estaba conforme con mi aspecto, lo cual ahora sé que es normal en cualquier adolescente, je,je).
La soledad te enseña a platicar contigo mismo y a tenerte a ti mismo, aprendiendo tus cualidades y defectos, aunque casi siempre justifiques éstos últimos con cualquier pretexto.

Pero a su vez, entiendes que cuando todo está mal en tu vida, aún te tienes a ti mismo. Y eso es sumamente importante en el proceso de la auto-confianza.

De esta manera, aunque pase lo que pase en ese sendero de la vida, siempre podrás contar contigo como amigo y siempre tendrás un lugar seguro adonde ir cuando las cosas vayan mal.

Y al paso de los años, la autoestima se fortalece, aprendes a reirte de ti mismo, te das consejos y ánimo, te consuelas en el amor y el desamor, y también compartes aciertos y errores con los demás, pues sabes que en el fondo tienes un cómplice incondicional: tu "YO" interior, tu conciencia.

Mucho cariño para todos en este fin de semana luminoso !!!!!!!!!!!!!!!!
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