EL HADA Y EL ARCOIRIS

Caminando sin destino
de paso me encontré,
una hadita con estrellas
y magia en un cordel.

Cantaba saltando
dejando brillitos,
la guiaba una luna
sonriendo feliz.

Llevaba colores en el cabello
y a su paso dejaba canciones de amor,
cada que agitaba sus bellas alitas
salían mariposas formando un corazón.

Con crayolas de estrellitas
dibujaba su camino,
pero no tocaba el piso
lo formaba en el cielo con su brillo.

Cada color era magia
resaltaba con la lluvia,
cuando al sol acariciaba
le hacia cosquillas a la luna.

Un color era un destino
amarillo era feliz,
pero el rojo a carcajadas
abría túneles de chantilly.

El rosado tenía flores
el morado dulces de colores,
mientras los otros jugaban
formando nubes de algodón.

La hermosa hada llevaba vestido
hecho de pedacitos de estrellas,
y su cabello adornaba
con una diadema de arena.

Sus ojos eran como el color de la tierra
enviaba miraditas de miel,
sus labios parecían de fresa
era mágico verla correr.

Alitas de confeti y fantasía
zapatillas de cristal,
y cuando cantaba al arcoíris
el le respondía lleno de felicidad.

Al entrar en su mundo mágico
se olvidaba la tristeza,
habían hadas de colores
cuidando de el arcoíris su belleza.

Le cantaban versos tiernos
para que el a gusto estuviera,
y brillara cada día
cuando el sol saliera y la lluvia cayera.

Sabía a dulce el arcoíris
tenía olor de flores frescas,
y su brillo era escarcha
que los gnomos de luz del sol le regalaban.

Al final del arcoíris
hay un cofre con secretos,
que solo el que cree en ellos
algún día podrá ver.

Puedes ser un dulce beso
un abrazo fuerte y tierno
o tal vez mil sonrisitas
de alguien que amamos y hoy esta lejos.